Tal y como ha advertido una Comisión de “The Lancet” y la Asociación Mundial de Psiquiatría, el mundo no está abordando la persistente, y cada vez, más grave crisis mundial de la depresión a la que se enfrenta. Dicha comisión está integrada por 25 expertos de 11 países que abarcan disciplinas que van desde la neurociencia hasta la salud global y cuentan con el asesoramiento de personas con experiencia en depresión y pide una respuesta de toda la sociedad para reducir la carga mundial de esta enfermedad.
A pesar de las abundantes pruebas de que se puede hacer mucho para prevenir la depresión y ayudar a su recuperación incluso en entornos con recursos limitados. Se calcula que un 5% de la población adulta de todo el mundo vive con depresión en cualquier año.
La mitad de personas que sufren depresión no son diagnosticadas ni tratadas
En los países de ingresos altos, cerca de la mitad de las personas que sufren depresión no son diagnosticadas ni tratadas. Esta cifra se eleva al 80-90% en los países de ingresos bajos y medios. Además, la pandemia provocada por la COVID19 ha creado desafíos adicionales, con el aislamiento social, la incertidumbre, el duelo, las dificultades y el acceso limitado a la atención sanitaria que se cobra un grave precio en la salud mental de millones de personas.
Es por ello que la Comisión advierte que “ha llegado la hora de la atención conjunta contra la depresión” y hace un llamamiento para que los gobiernos, profesionales sanitarios, investigadores personas que viven con depresión y sus familias realicen esfuerzos concertados de y de colaboración para mejorar la atención y la prevención, colmar las lagunas de conocimiento y aumentar la concienciación para hacer frente a una de las principales causas de sufrimiento evitable y muerte prematura en el mundo”.
Tal y como ha determinado la profesora Helen Herrman, de Orygen, Centro Nacional para la Excelencia en Salud Mental de los Jóvenes y la Univeersidad de Melbourne (en Australia), “la depresión es una crisis sanitaria mundial que exige respuestas a múltiples niveles. Esta Comisión ofrece una importante oportunidad de actuar de forma conjunta para transformar los enfoques de la atención y la prevención de la salud mental en todo el mundo…Invertir en la reducción de la carga de la depresión dará a millones de personas la oportunidad de convertirse en miembros más sanos, felices y productivos de la sociedad, ayudará a fortalecer las economías nacionales y promoverá los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030”.
El coautor, el doctor Charles Reynolds, de la Universidad de Pittsburgh (en Estados Unidos), recuerda que “la mayoría de las personas con depresión en todas las etapas de la vida se recuperarán si obtienen el apoyo y el tratamiento adecuados. Con una ciencia sólida, voluntad pública y responsabilidad compartida, la depresión puede prevenirse y tratarse, y evitar las consecuencias potencialmente incapacitantes”.
Es una afección común en todo el mundo
Es por eso por lo que pide “empoderar a las personas con experiencia en depresión junto con las familias, los profesionales, los responsables políticos y la sociedad civil para hacer frente al tsunami de necesidades insatisfechas, compartiendo sus experiencias para reducir el estigma, apoyando a otros con información sobre la enfermedad y las posibilidades de ayuda, y abogando por mayores recursos para enfoques basados en la evidencia”.
La depresión es una afección común en todo el mundo, pero, a pesar de ello, siguen existiendo muchos mitos en torno a ella que perpetúan la inacción. La Comisión subraya que es una condición de salud diferente, caracterizada por su persistencia, su efecto sustancial en el funcionamiento diario y sus consecuencias para la salud a largo plazo.
Esta puede afectar a cualquier persona, independientemente de su sexo, procedencia, clase social o edad, y existe una variabilidad en los tipos y prevalencia de los síntomas y signos depresivos entre culturas y poblaciones. El riesgo de sufrirla aumenta en contextos de adversidad como la pobreza, violencia, desplazamiento y la discriminación de género, racial y de otro tipo.