El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que la situación del ébola en la República Democrática del Congo se “ha estabilizado. No ha acabado, pero somos prudentes y optimistas de que la vamos a poder controlar. Sin embargo, aún queda trabajo”.
Esta información se da luego de que el pasado martes 5 de junio el Ministerio de Salud de la RDC notificó dos casos de la enfermedad y se declaró oficialmente un nuevo brote en el país.
En las tres zonas afectadas por el brote del virus: Bikoro, Iboko y Mbandaka, se han registrado hasta hoy 14 casos sospechosos, 38 confirmados, y 28 muertes.
Tedros recalcó que el mayor desafío en la respuesta a la enfermedad es la logística, sobre todo en la población rural de Iboko. Y resaltó que la coordinación con el Gobierno y el resto de organizaciones involucradas está yendo bien: “lo hacemos lo mejor que podemos”, admitió.
El Ministerio de Sanidad, junto a la OMS, Médicos Sin Fronteras (MSF) y otros organismos internacionales, realizan desde hace dos semanas una campaña de vacunación en las tres zonas con la que se han inmunizado ya a 2 mil 221 personas.
Para ello se utiliza la vacuna rVSV-ZEBOV, un tratamiento experimental que fue probado en Guinea Conakri tras la epidemia de 2014 a 2016, y la participación en la campaña es gratuita y voluntaria.
Es el único tratamiento experimental autorizado hasta el momento por el comité científico y el ético en la RDC.
Este brote de ébola, localizado inicialmente en las zonas rurales del noroeste y que después alcanzó el área urbana de Mbandaka, es el noveno que golpea a la República Democrática del Congo desde que se descubrió el virus en 1976 en este país, cuando entonces se denominaba Zaire.
La peor epidemia de ébola conocida se declaró en marzo de 2014, con los primeros casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea Conakri, desde donde se expandió a Sierra Leona y Liberia.
La OMS marcó el fin de la epidemia en enero de 2016, después de registrarse 11 mil 300 muertes y más de 28 mil 500 casos, aunque ha admitido que estas cifras podrían ser conservadoras.