Durante la tarde del pasado 16 de febrero nuestro país vivió un nuevo sismo de 7.2 grados de magnitud, el cual tuvo su epicentro en la ciudad oaxaqueña de Santiago Pinotepa Nacional, aunque su fuerza provocó que se sintiera en otras entidades como Guerrero, Chiapas, Michoacán, Puebla, Estado de México y la Ciudad de México.
Por fortuna, el movimiento telúrico no provocó daños mortales y hasta el momento sólo se reportan 19 personas heridas, todas de Oaxaca, además de diversos inmuebles que presentan fracturas que van de moderados a graves, siendo uno de los casos más preocupantes el del Hospital Regional (HR) No. 35 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicado en Santiago Jamiltepec, el cual muestra diversas grietas en su estructura.
Fue a raíz del sismo que el nosocomio fue desalojado para evitar exponer a las personas de manera innecesaria y tanto médicos como enfermeras tuvieron que atender a los pacientes en plena vía pública durante la noche del viernes.
Por lo anterior, la Coordinación de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación (Segob) emitió una declaratoria de emergencia para 33 municipios de Oaxaca y activó los recursos del Fondo de Desastres Naturales, con lo que se espera atender de inmediato a quienes resultaron afectados y brindarle mantenimiento a los inmuebles dañados.
Esto hace recordar los fuertes sismos que se registraron los pasados 7 y 19 de septiembre, los cuales provocaron daños en 53 unidades de salud del país, por lo cual el Presidente Enrique Peña Nieto afirmó que se requerirán 4 mil 500 millones de pesos para su restauración.
De igual forma, la Secretaría de Salud (SSa) dio a conocer que los movimientos telúricos ocurridos en septiembre del año pasado causaron estrés a 12 millones de niños en todo el país.