La falta de interés y el estilo de vida actual han propiciado un aumento en los problemas de salud mental en todo el mundo. Se trata de una situación que puede tener consecuencias de gravedad cuando no es atendida a tiempo. Con esto en mente, vale la pena conocer los síntomas somáticos de la depresión.
De acuerdo con Beatriz Berjón, quien es psicóloga especializada en Terapia Focalizada en la Emoción, los trastornos depresivos conforman un grupo de enfermedades, dentro de la patología mental, caracterizados por sentimientos de tristeza, desesperanza, vacío, irritabilidad, disminución del interés o del placer.
Estos síntomas pueden aparecer una vez en la vida o en distintos momentos vitales de la persona. Por eso a veces la depresión también recibe el nombre de Episodio depresivo.
Depresión, un problema de salud en aumento
Si bien en los adultos los síntomas son los comúnmente conocidos, en los niños y adolescentes este trastorno puede aparecer con signos de ira, hostilidad, episodios de llanto, aburrimiento persistente, falta de energía o de concentración, cansancio, ausencias en el colegio o quejas frecuentes sobre molestias físicas, entre otros.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que el 3,8% de la población experimenta depresión, incluido el 5% de los adultos y el 5.7% de las personas mayores de 60 años, siendo aproximadamente un 50% más frecuente en las mujeres que entre los hombres.
Estos datos nos informan sobre la necesidad de identificar los trastornos depresivos con la mayor anticipación posible, incluyendo en esta detección precoz a aquellos profesionales de la salud.
¿Qué es la somatización?
La somatización se define como la presencia de síntomas físicos recurrentes y distintos según la persona, que no se pueden explicar desde un diagnóstico médico ni desde un diagnóstico psiquiátrico.
Es importante que antes de realizar un diagnóstico por somatización se descarte un posible trastorno mental que permita explicar los síntomas somáticos que presenta el paciente, como podría ocurrir con la depresión.
Algunas de las formas más comunes en las que se presenta la psicosomatización son: cefaleas, dolores musculares, sensación de ahogo, taquicardias, pérdida del apetito sexual, irregularidad en la menstruación, dolores abdominales y úlceras.
En cuanto a los pacientes con un episodio depresivo detectado, lo más habitual es que acudan a su médico de atención temprana refiriendo quejas somáticas que suelen relacionar con alguna causa orgánica, y no con un trastorno del ánimo, lo cual “enmascara” el diagnóstico.
¿Cuáles son los síntomas somáticos de la depresión?
Dentro de los trastornos afectivos que cursan con sintomatología somática, cabe diferenciar entre dos subtipos: la depresión con síntomas somáticos (depresión leve-moderada donde el paciente atribuye los síntomas somáticos a su condición psicológica y no a una enfermedad orgánica) y la depresión somatizada (la persona atribuye los síntomas somáticos a una causa orgánica que no existe, la demanda más frecuente en atención primaria).
Por desgracia no existen “síntomas guía” definitorios que nos orienten en el diagnóstico de la depresión, debido a la variabilidad en la que estos síntomas somáticos se expresan en la persona. Javier García-Campayo, psiquiatra especializado en medicina psicosomática, junto con otros compañeros de profesión, nos develan en un estudio de 2004 la frecuencia de presentación de los diferentes síntomas somáticos.
Entre los más comunes (70% – 40%) se encuentran, ordenados de mayor a menor frecuencia: dolor de espalda, mareos, dolor en extremidades, flatulencias, dificultad para respirar, palpitaciones, dolor en articulaciones, dolor torácico y náuseas.
Entre el 40% y 20% encontraron: amnesia, dolor abdominal, intolerancia a alimentos, diarrea, dificultad para tragar, menstruación dolorosa, visión borrosa, parálisis o debilidad muscular y menstruación excesiva. Y por último, aquellos síntomas que aparecen en menor medida (20% – 10%) fueron: menstruación excesiva, períodos menstruales irregulares, vómitos, dolor al orinar, afonía y retención urinaria.
Es importante entender también que las personas que sufren dolor crónico tienen más riesgo de presentar depresión. Por lo tanto, algunos síntomas físicos, junto con los síntomas psicológicos propios de la depresión podrían superponerse con frecuencia.
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