- Por una parte, el Síndrome de Boreout se caracteriza por el aburrimiento debido a niveles de motivación muy bajos.
- Mientras que el Síndrome de Burnout está asociado a un cerebro prácticamente sin energía y exhausto debido al agotamiento.
- En cualquiera de los casos, ambas situaciones influyen en la salud y perjudican diversas funciones cerebrales como la agilidad mental y la creatividad.
Dentro del campo de la salud existen términos que se escriben y pronuncian de forma muy similar aunque no son sinónimos. Un ejemplo claro se puede apreciar con el Síndrome de Boreout y el Síndrome de Burnout. Aunque se escriben de forma casi igual en realidad son conceptos por completo distintos. ¿Pero sabes en qué consiste cada uno?
En torno a este tema, el Dr. Néstor Braidot, quien se especializa en la aplicación de las Neurociencias al desarrollo del talento, la inteligencia humana y el bienestar, explica cada uno.
Similitudes y diferencias entre cada uno
Algo importante que menciona es que existe una estrecha relación entre los dos en la parte de la desmotivación y/o el malestar que una persona experimenta en el trabajo y en la vida misma. Además ambas situaciones influyen en la salud y en una variedad de funciones cerebrales como la agilidad mental y la creatividad. A pesar de lo mencionado también tienen muchas diferencias.
Por una parte, el Síndrome de Boreout se caracteriza por el aburrimiento debido a niveles de motivación muy bajos.
En cambio, el Síndrome de Burnout está asociado a un cerebro prácticamente sin energía y exhausto debido al agotamiento.
El también autor de más de 40 libros sobre el funcionamiento del cerebro afirma que una de las consecuencias más nefastas de la ausencia de motivación es el Síndrome de Boreout, el cual puede conceptualizarse como “aburrimiento en el trabajo”. En tanto que Nuri Bendersky lo define como “el síndrome que devora neuronas”.
Consecuencias en el rendimiento de los trabajadores
Cuando se revisan las estadísticas de diferentes países, los porcentajes de aburrimiento suelen superar el 20% en el ámbito privado. No así en el sector público, donde la baja exigencia hace que sean ostensiblemente mayores.
Las consecuencias son dañinas para individuos y organizaciones dado que un cerebro aburrido es más lento, menos atento, menos inteligente, más disperso y menos creativo. En definitiva va contra su propia naturaleza.
A nivel cerebral, el aburrimiento disminuye la actividad de las neuronas, pues se acostumbran a hacer siempre lo mismo. Paradójicamente, las alarmas comienzan a sonar cuando la organización se estanca, bajan las ventas y/o los índices de productividad. Es decir, cuando ya es demasiado tarde.
A nivel individual, muchas personas tienen la suerte de ser conscientes de la situación y la enfrentan.
Por otra parte, el Síndrome de Burnout se produce cuando la exigencia es tan alta que paraliza al trabajador. Coloquialmente se le denomina “Síndrome del trabajador quemado”. Los altos niveles de estrés que genera lo agotan en tres planos: físico, mental y emocional.
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