En algún momento de tu carrera médica deberías preguntarte cómo es tu relación con tus pacientes y es que es fundamental que la relación médico-paciente sea fundamental para el bienestar de ambas partes. Nunca te puedes plantear tener una mala relación con tu paciente ya que esto implicaría que ese paciente no atenderá a tus explicaciones ni confiará en ti. Si, como profesional médico, quieres evitar esta situación, a continuación te vamos a ofrecer algunas claves para que esta relación sea perfecta.
Cuidado con lo que transmites
A la hora de comunicarse, la comunicación tiene dos variantes: la verbal y la no verbal. Es decir, da igual lo que digas si lo que transmites con los gestos es lo contrario. Esto también se aplica a la comunicación no verbal de tu paciente. En lo que respecta a la comunicación no verbal, estos son algunos consejos que te van a ayudar a establecer la cercanía adecuada con tus pacientes y el clima de confianza que necesitan:
- Mirar al paciente: sobre todo es importante durante el recibimiento y el primer minuto. En una consulta, puedes utilizar algunas estrategias sencillas como explicar al paciente que debes escribir pero que lo estás escuchando.
- Sonríe: uno de los gestos que una persona puede hacer y que más empatía, confianza y bienestar transmite es la sonrisa. Por eso, hazlo con frecuencia.
- Tono de voz moderado: úsalo y varía cuando quieras enfatizar las partes más importantes de tu charla con el paciente.
- Postura y gestos: siempre debes mostrar una postura relajada e inclinarte un poco hacia delante para transmitir que eres una persona receptiva y accesible.
- Escucha activa: esta es una herramienta muy poderosa que requiere prestar atención a lo que el paciente dice y participar mediante gestos y expresiones que indican que estás escuchando. Con este tipo de escucha vas a obtener más información de tu paciente, reduciendo así su ansiedad y te dará tiempo a preparar las respuestas y facilita el alcanzar acuerdos.
Cuidado con lo que dices
La comunicación verbal es muy importante y algunos consejos que puedes tener en cuenta para mejorarla son:
- Presentarse de forma rápida y fácil.
- Utilizar preguntas abiertas y cerradas de forma equilibrada.
- Evita los tecnicismos.
- Pídele al paciente que repita los puntos clave de tus instrucciones.
- Sé honesto.
- Anima al paciente a participar.
Todo lo que te hemos explicado parte de la base que tienes que ser empático y es que la empatía te permite ponerte en la situación del paciente para comprenderle mejor. Es decir, esto no significa que tengas que modificar tus creencias o actitudes sino que serás capaz de enfocar la cuestión desde el punto de vista del paciente.
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