En el actual mundo laboral, el salario emocional es muy importante. Incluso dentro del sector salud, la motivación es un valor que debe cuidarse y mantenerse. Numerosos estudios han probado una y otra vez que un equipo feliz es más eficaz y productivo. Pero casi toda la literatura al respecto se centra en grupos u organizaciones numerosas. ¿Qué pasa cuando estás solo?
No es poco común, en el entorno médico, que un doctor abra un consultorio propio. Por lo general, estos emprendedores solitarios tienen un desempeño superior a sus compañeros. Pero eso no significa que no necesiten motivación. A la vez, es más complejo mantener los ánimos altos cuando se trabaja sin compañía. ¿Ése es tu caso? Te tenemos algunos consejos útiles:
1Trata de controlar tu velocidad
El abrir un consultorio propio se parece más a un maratón que a una carrera. Es muy fácil, en especial al principio, que se convierta en un trabajo de 24/7. Sin un buen autocontrol, no solo perderás rápidamente motivación. También puedes terminar por sufrir burnout, sin nadie que te releve. Recuerda que la clave de un negocio fructífero es encontrar un balance personal-laboral.
2Construye una red de apoyo
Tener un consultorio solitario significa que no hay un equipo con quien compartir el día a día. Por eso, es crucial tener amigos, familiares y colegas con los que puedas contar. Específicamente en el aspecto profesional, un mentor puede hacer maravillas por tu motivación. Recurrir a una relación de este tipo te obliga a ser mejor, incluso si no hay con quien competir en el trabajo.
3Mantén tu motivación con los pequeños triunfos
Si nada más eres tú en el consultorio, nadie te dará ánimos ni celebrará tus victorias. Al mismo tiempo, este reconocimiento es necesario para conservar el impulso de seguir adelante. Reconoce los frutos de tu esfuerzo, no importa si son con los pacientes o con el negocio. Recuerda también recompensarte con pequeños detalles. Por ejemplo, ir a comer a un lugar que te agrade mucho.
4Recuerda por qué lo haces
Es sencillo olvidar lo importante por culpa de lo urgente. Sin embargo, la motivación surge de la búsqueda permanente de esas grandes metas. Cuando te sientas desanimado o con ganas de tirar la toalla, reflexiona dónde estás y cómo llegaste ahí. Reflexiona por qué era necesaria para tu carrera médica tener un consultorio propio. Después, vuelve a saltar al ruedo.