Hay diferentes tipos de profesional de la salud. Hay quienes valoran el éxito de su carrera médica más que nada. Para otros, su pacientes, familiares o su círculo cercano son la prioridad. Otros más prefieren un balance entre ambos. Sin importar en qué grupo te consideres, si trabajas con un amigo, en algún momento puede que compitas con él por un ascenso. ¿Qué hacer entonces?
1Alcanza un balance emocional y una perspectiva adecuadas
Un ascenso, en especial en un centro médico donde te gusta laborar, puede ser una oportunidad única. Pero en el transcurso de tu carrera, muchas otras puertas y ventanas se abrirán si eres exitoso. A menos que no cumplas con ciertas características, tu vida profesional va a progresar.
Debes darte cuenta que tal vez ese ascenso no vale la pena una rivalidad con tu amigo. Sin importar a quien elijan para el puesto médico, debes recordar el valor de tu amistad. Pero si crees que esa relación es menor a la oportunidad laboral, tal vez no haya sido tan buena para empezar.
2Procura mantener a raya tu autoestima
Si ganas a tu amigo la posición, no necesariamente significa que sea mejor que él. Muchas veces, quienes deciden un ascenso tienen criterios muy subjetivos. Incluso los tomadores de decisiones más serios valoran más algunas habilidades por encima de otras. No eres superior, sino distinto.
Por otro lado, lo mismo aplica si tu amigo gana el puesto. Tus esfuerzos y habilidad no tienen menos méritos. Es preferible verlo de la siguiente forma: en cuestión de habilidad y experiencia, ambos son similares. No por nada competían para la misma posición médica.
3Comunícate y planea con tu amigo
Desde que sepas que competirás con la otra persona, acércate a ella. Al inicio saquen cualquier frustración, preocupación o incomodidad. Procura ser honesto y directo en tus interacciones. Así, podrán hacer todo el proceso de selección más llevadero. Especialmente, podrán reafirmarse mutuamente que el valor de su amistad está por encima del trabajo.
Ahora, es importante discutir con tu amigo cómo será la dinámica de trabajo. En especial, si el puesto implica que uno vaya a supervisar al otro. Previo a la decisión final, es conveniente discutir los posibles resultados. Una vez más, la comunicación directa y clara es fundamental en este aspecto.