Gracias al poder de la tecnología en los últimos años se han difundido varias noticias impactantes en las distintas redes que existen –Facebook, Twitter, Instagram y hasta Snapchat– llegando a ser tal su difusión que medios importantes las han tomado en cuenta.
Recientemente se compartió más de 50 mil veces la selfie de Tawny Dzierzek, una joven enfermera de Kentucky. Lamentablemente no se hizo viral por un hecho bueno, sino por mostrar los efectos que le ha dejado en el rostro el cáncer de piel que padece.
En la fotografía la mujer explica que durante su adolescencia acostumbraba a visitar frecuentemente spas donde utilizaba por horas las cámaras de bronceado. Por esta rutina a los 27 años ya le habían diagnosticado cáncer de piel de las células basales cinco veces, y cáncer de piel de las células escamosas una vez.
Gracias a la masiva difusión su historia generó conciencia y en tan sólo algunas horas las búsquedas de Google sobre el cáncer de piel aumentaron a niveles casi históricos.
Las búsquedas en línea sobre el cáncer de piel y el bronceado fueron hasta un 489 por ciento más altas de lo normal, y las búsquedas sobre la prevención del cáncer de piel aumentaron en hasta un 232 por ciento, explicó Seth Noar, profesor en la Facultad de Medios de Comunicación y Periodismo de la Universidad de Carolina del Norte.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica a la radiación ultravioleta del sol y de las camas de bronceado como un carcinógeno conocido. Las camas de bronceado provocan hasta 400 mil casos de cáncer de piel cada año en Estados Unidos, según la Academia Americana de Dermatología (American Academy of Dermatology).
El uso de las camas de bronceado ha comenzado a reducirse, y eventos como éste podrían tener un rol al llegar a las personas mediante un medio del siglo XXI con una historia real que las conmueve a un nivel muy humano, señaló Noar.