Muchos artículos y libros se han escrito sobre las características, habilidades y elementos de un buen líder, dentro y fuera del campo de salud. Si bien la gran mayoría de esas características son muy importantes para un rol de autoridad e inspiración integral, hay algunas que son cruciales.
Incluso más importante, no basta simplemente con tener estas seis habilidades. Se deben de practicar regular y constantemente en el día a día. Incluso si eres un líder con muchos años de experiencia, es muy probable que todavía no hayas terminado de dominarlas:
Crear una visión emocionante
Si eres el líder de un equipo, debes ser capaz de fijar una meta, un objetivo, al que todos puedan aspirar y donde cada uno pueda sentirse desafiado. Esto no solo es importante para dar claridad en el camino a seguir, sino también para dar un sentido de propósito y motivación.
Traducir correctamente la visión a un plan
Por supuesto, no basta que como líder prometas oro y riquezas cuando realmente no hay un procedimiento estructurado, visible, que permita a tu equipo lograrlo. Esto va más allá de describir una serie de pasos, sino también dejar muy en claro qué cosas deben hacerse y cuáles evitarse.
Cuidar a la gente del equipo
Un buen líder sabe que las personas son su recurso más importante. No solo se trata de encontrar el mejor talento que existe en el entorno, sino de saber cómo hacerlo crecer y desarrollarse, al igual que convencerlo de quedarse contigo para seguir adelante.
Utilizar unidades tangibles
Lo que no se puede medir, no se puede mejorar. Una de las tareas más importantes del líder es establecer esquemas de evaluación y comparación que, objetivamente, puedan arrojar una idea clara acerca de si están cumpliéndose las metas del consultorio o se debe cambiar el plan.
Invertir en innovación y capacitación
El objetivo de cualquier negocio debe ser crecer, expandirse y prosperar. En este proceso, se necesitarán personas capaces de llevar a cabo las mismas tareas que tú, así que es fundamental que pienses en el largo plazo y entrenes a tu gente para crecer en un rol de líder.
Sé el líder de ti mismo
No solamente tu equipo requiere de una dirección férrea. Tú también debes conocerte, administrarte y mejorarte continuamente para que puedas encontrar el balance en tu propia vida profesional.