Debido a la pandemia del coronavirus, una de las cosas que más se está viendo afectada es la esfera del sueño y es que este se ha visto interrumpido al pasar más tiempo en casa. Lo normal es que la crisis de la COVID19 haya provocado insomnio debido a la situación y nos ha hecho que durmamos peor. Asimismo, se están observando casos de apnea del sueño, una trastorno que puede afectar al cuerpo y la mente.
Tal y como la describe la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), “la apnea del sueño es una enfermedad muy frecuente que afecta a las personas mientras duermen. Consiste en una parada total o parcial del aire que habitualmente entra y sale de nuestros pulmones, lo que denominamos ‘paradas respiratorias’. Los síntomas más frecuentes son el cansancio intenso y la tendencia a quedarse dormido en las actividades de la vida cotidiana, incluso mientras conducimos”.
La apnea del sueño está “infravalorada”
Lo que está claro es que la apnea obstructiva del sueño está “infravalorada” e “infradiagnosticada”, al mismo tiempo que supone una patología que “puede cambiar el curso de nuestra vejez”. Desde este sentido, señalan desde la SEPAR que, “hasta hace relativamente poco tiempo, no se daba impotancia a roncar o a tener problemas durante el sueño, por lo que las personas no consultaban a su médico…Además, aspectos muy importantes de la enfermedad no se han conocido hasta fechas recientes por lo que tampoco el personal sanitario podía estudiarla”.
El problema de la apnea consiste en que el maxilar inferior se retrocede, la lengua sigue estando del mismo tamaño y los tejidos que se encargan de mantenerla rígida durante el día se relajan por la noche y se colapsan. Tal y como ha determinado el jefe de la Unidad de Sueño de la OSI del Hospital Universitario de Araba (Vitoria), el doctor Egea, “en unos genera ronquido, mientras que en los extremos más importantes se cierra la vía aérea durante 10 segundos, justo el tiempo que le cuesta al cerebro el darse cuenta de que se ha parado”.
La apnea ocasionará un envejecimiento menos saludable
Pero se necesitan al menos 15 eventos respiratorios por hora para diagnosticar que hay una apnea obstructiva del sueño. Por debajo de esa cifra, según mantiene el especialista, la repercusión de esas paradas respiratorias en la salud del paciente en el largo plazo no serán tan significativas.
Lo que está claro es que, a largo plazo, la apnea ocasionará un envejecimiento menos saludable en general, problemas cardiovasculares y cerebrovasculares, hipertensión o falta de atención y, en los niños, se tendrá un empeoramiento de los recursos de la inteligencia porque el aprendizaje se retiene por la noche y el sueño estará comprometido si hay apena.