Si algo ha caracterizado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador es hacer las cosas de una forma distinta. En algunos casos puede resultar para bien y en otros no, pero no se puede negar que es un presidente que ha roto esquemas. Desde sus conferencias matutinas hasta convertir la residencia oficial de Los Pinos en un espacio cultural.
En ese sentido, una de sus propuestas más arriesgada fue la de trasladar más de una treintena de Secretarías al interior del país. Por tradición, todas se ubican en la capital, por lo que ahora se busca llevarlas a todo el territorio y así promover un crecimiento integral. Mientras que en un inicio se dio a conocer la entidad en la que cada una se ubicaría, ahora el plan no tiene una fecha para su realización.
¿Buena o mala idea?
Aunque parecía una propuesta prometedora, la mudanza no es tan sencilla como se pensaba. El principal problema es que no es suficiente con conseguir los nuevos inmuebles sino que se deben adecuar y desarrollar toda la infraestructura para los trabajadores.
En el caso del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la nueva sede se ubicará en el Palacio Federal ubicado en Morelia. A pesar de que a inicios de año se realizó una ceremonia con el entonces director general, Germán Martínez, a la fecha no se cuenta con una fecha con la mudanza definitiva.
En el caso de la Secretaría de Salud (SSa), ahora se ubicará en un edificio que permanece abandonado en Acapulco. Aunque en un reciente comunicado se manifestó que se prevé que sea un largo proceso de al menos dos años.
Finalmente, el caso con mayores atrasos es el del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Lo único que se sabe hasta el momento es que se trasladará a Colima. A la fecha todavía no se especifica en que ciudad de la entidad estará la nueva sede.
De esta manera, ninguna de las tres Secretarías mencionadas cuenta con una fecha real en la que se realizará la mudanza total.