Estados Unidos enfrenta una fuerte crisis de salud provocada por el consumo desmedido de opioides, problema que tan sólo durante 2016 provocó la muerte de 64 mil personas en dicha nación y que algunos especialistas ya consideran esta epidemia como la peor que ha existido desde la aparición del VIH.
En ese sentido, el problema ha afectado a toda la población de la Unión Americana sin distinción de edad, razo o sexo, lo cual se puede apreciar en un reciente reporte realizado por la Asociación Americana de Pediatría (AAP), el cual muestra la forma en que las hospitalizaciones por intoxicación con opioides en menores se han incrementado de manera exponencial en el país.
La actual crisis de opiáceos en Estados Unidos está impactando negativamente a los pacientes pediátricos, conforme vemos que aumenta con el tiempo la tasa de hospitalizaciones por la ingestión de opiáceos por parte de los niños.
Como muestra de lo que menciona el reporte, mientras en 2004 se reportaron 797 hospitalizaciones de niños relacionadas con el consumo de opioides, para el año 2015 la cifra creció a 3 mil 647, lo que ejemplifica que el problema se ha extendido a todos los sectores de la población.
De igual forma el trabajo afirma que el 60 por ciento de los niños llevados a salas de urgencias tenían entre 12 y 17 años y la mayoría habían consumido medicamentos por prescripción médica, lo cual reafirma lo anteriormente afirmado por la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC), al mencionar que los consultorios médicos son la principal fuente de esta epidemia.
Por lo pronto, a causa de esta grave crisis, durante los últimos dos años se ha observado una disminución en la esperanza de vida de la población de Estados Unidos.