Sin dudarlo, Veracruz atravesó por los peores momentos de su historia en los pasados años, en especial el sector salud que se vio afectado de diversas maneras y una forma clara de apreciarlo es que de acuerdo con lo estimado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), durante el 2016 se desviaron 2 de cada 10 pesos que las autoridades destinaron para ese rubro.
En ese sentido, la ASF afirmó que de los 10 mil 199 millones de pesos que la federación envió durante el 2016 como parte de los programas Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA), Seguro Popular y Prospera, se observó el manejo financiero ilícito de 2 mil 200 millones de pesos, de los cuales jamás de logró justificar para qué fueron utilizados por la anterior administración de la entidad.
De acuerdo con lo planeado, el dinero estaba destinado para el pago de salarios de los trabajadores del sector salud, la compra de medicamentos y ampliar la cobertura del seguro popular, todo con el objetivo de ayudar a reducir los índices de pobreza y abandono que actualmente enfrentan varios municipios de Veracruz.
Por otra parte, de acuerdo con las observaciones emitidas por la ASF, varias bodegas de los centros de salud no cuentan con las condiciones necesarias para garantizar su almacenamiento óptimo, además de presentarse varias anomalías en la entrada y salida de medicamentos.
En varios puntos se observó que las cajas de medicamento y material de curación se encontraban en el suelo; asimismo, el registro de almacén, así como el resguardo y entrega de medicamento controlado, carece de los controles en la salida y entrega de los mismos. Por otra parte, las facturas de adquisiciones no están registradas en los libros de control y las órdenes de envío de salida tampoco se encuentran registradas.
Por todo lo anterior, la ASF pidió a las autoridades actuales de la entidad el reintegro del dinero que no se justificó su uso durante el año pasado.