Trabajar en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) implica varios aspectos negativos. La saturación de trabajo, falta de equipo y pacientes desesperados son los principales. Pese a lo anterior, el personal siempre pone todo su empeño para ofrecer el mejor servicios posible. Aunque lo que menos podría esperar un médico o enfermera del instituto es presenciar un tiroteo en su lugar de trabajo.
Por desgracia el país siempre sorprende por las situaciones inesperadas que a diario ocurren. El nivel de violencia en México se encuentra en uno de sus puntos más altos. Ahora ni siquiera los hospitales son lugares seguros ante este tipo de inconvenientes.
Fue el Hospital Regional No. 270 del IMSS en Reynosa donde se registró una balacera. Todo inició por un grupo armado que estaba huyendo de las autoridades. En un intento por esconderse, ingresaron al nosocomio. En el mismo inmueble también arribaron elementos de la policía y ahí se vivió el enfrentamiento.
Fueron minutos de angustia y alerta tanto para los pacientes como para los trabajadores del hospital. Producto de la balacera un guardia recibió un impacto en una pierna. Además las instalaciones también sufrieron daños por el enfrentamiento armado.
Un punto a considerar es que los médicos que en ese momento atendían consultas, en todo momento mostraron su profesionalismo. Lo primero fue resguardar a los pacientes debajo de los escritorios. Una vez que pasó el peligro, de forma cautelosa salieron a los pasillos.
Por otra parte, lo ocurrido tan sólo es un reflejo del momento actual del país. Ahora ni siquiera espacios que debería estar alejados de la violencia como los hospitales son lugares seguros.