- La carga laboral sumada a las actividades no remuneradas que se realizan en el hogar propicia que las trabajadoras tengan una mayor probabilidad de padecer estrés.
- De acuerdo con la UNAM los padecimientos mentales representan el 18% de la carga total de las enfermedades; sin embargo, en México sólo se le asigna 2.1% de todo el presupuesto sanitario.
- La falta de tiempo es el principal motivo por el que las mujeres evitan pedir ayuda o acudir con un profesional en salud mental.
Para hablar de bienestar pleno es necesario abordar todos los aspectos de la vida. El gran error que se comete es pensar que la salud sólo consiste en la parte física porque se deja de lado el rubro mental e incluso en el caso de las mujeres hay mayores riesgos. Cuando alguna de las partes falla se genera un desequilibrio y marca el inicio de diversos problemas.
Con esto en mente, el artículo ¿Por qué hablar de género y salud mental? de Luciana Ramos-Lira afirma que las mujeres tienen mayor probabilidad que los hombres de sufrir depresión y ansiedad. Mientras que ambas predisponen la aparición de enfermedades cardiacas y diabetes, entre muchas otras.
En este contexto, la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), en el marco de la Alianza por una Salud Justa y Oportuna para las Mujeres en México, llevó a cabo el foro “Impacto Económico y Social de la Salud Mental en las Mujeres: Una Agenda Pendiente”. El foro puso sobre la mesa datos relevantes, áreas de oportunidad aún existentes en materia de política pública, así como recomendaciones y propuestas para un acceso más equitativo de las mujeres a la salud mental.
Los expertos coincidieron en la necesidad de generar programas públicos que atiendan la salud mental de las mujeres en las distintas etapas de la vida. Además se debe considerar como primordial la primera infancia, la adolescencia y las adultas mayores, al ser los grupos etarios más vulnerables, de acuerdo con las estadísticas.
En su intervención, la Dra. María Elena Medina-Mora Icaza, directora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), planteó que el financiamiento es un factor relevante para la atención a la salud mental de las mujeres.
“La carga de la enfermedad mental significa 18% de la carga global de todas las enfermedades. Sin embargo, sólo se le asigna 2.1% de todo el presupuesto de salud, muy por debajo de las necesidades reales de atención”.
Sobre la necesidad de brindar mejor atención a la salud mental de las mujeres, Cristóbal Thompson, director ejecutivo de la AMIIF, enfatizó en que es necesario contar con información específica que brinde un panorama más real de esta problemática, para sensibilizar y elevar el tema a la discusión de política pública.
Inequidad en el acceso a la salud mental
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del año 2021, dentro del mercado laboral las mujeres ganaban 34% menos que los hombres. Ello, aunado a la doble o triple jornada de trabajo, propicia el Síndrome de Burnout o estrés laboral. En el 2021, 8 de cada 10 mexicanas lo padecía, lo que aumenta sus probabilidades de sufrir alguna enfermedad física y afectar su desarrollo profesional.
Necesaria mayor inversión
En el planteamiento de soluciones para facilitar a las mujeres el acceso a la atención de la salud mental, Dennis Ostwald, fundador y director de WifOR Institute, dijo que durante la pandemia el juego cambió y que ahora es importante pensar en el retorno de la inversión en salud.
“Necesitamos hacer mediciones precisas de cómo la pandemia incrementó el costo social de la salud mental en las mujeres y debemos atacar este problema. Especialmente en México, necesitamos analizar en dónde invertir más en salud, considerando a la salud mental, y dar evidencia respecto al retorno de dicha inversión, especialmente en las mujeres”.
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