La salud mental, siempre ha sido un tema de interés general. Más aún en momentos de crisis y pandemia, donde la fragilidad humana, el desconcierto y los factores emocionales, cambian el entorno en una forma abrumadora. Dejando una estela de sensibilidad, inseguridad y desolación. Sin embargo, el ser humano tiene la capacidad de ser resiliente y enfrentar las situaciones, sacando lo mejor de sí, para no dejarse apabullar y encontrar oportunidades en cada uno de los retos que la vida le pone.
Vivir a plenitud con medidas de precaución
El aislamiento social como parte de las medidas de bioseguridad tomadas por los gobiernos del mundo para proteger la vida de los individuos del virus Sars Cov 2, ha llevado a afectar a la humanidad, tanto física como mentalmente. Debido en gran medida a las consecuencias latentes que se evidencian a diario, impregnadas de hambre, pobreza, inequidad, inseguridad y falta de oportunidades laborales. Que además se presentan al tiempo con infecciones, catástrofes climáticas y desplome del comercio mundial. (Forbes, México, 2020)
La pandemia ha dejado potentes estímulos generadores de estrés, perdida de hábitos y rutinas y, sobre todo, heridas psicosociales. De igual manera, esta situación inusual instaura conductas poco saludables, que cambian los patrones de sueño, favorece el sedentarismo y estimula el abuso de aparatos electrónicos, generando paulatinamente una concentración de miedo, frustración, aburrimiento e inseguridad.
Cuidar las horas de sueño. En pandemia y en todo momento es de gran importancia para la salud física y mental. Porque, la restauración fisiológica se ciñe a los ciclos circadianos, de tal manera que las funciones hormonales, motoras y neuronales estén en equilibrio. Además, aunque no lo tengamos presente, dormir bien, disminuye el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas.
Realizar actividad física. Estimulando la creatividad y generando vitalidad. Al mismo tiempo que se consigue alejar los pensamientos negativos, mantener un peso corporal saludable y cuidar el corazón. Además, el confinamiento nos mostró que existen muchas herramientas interactivas que facilitan las rutinas de entrenamiento, mantenimiento y diversión, en casa.
Meditar y respirar. Son maneras de cuidar la salud mental en tiempos de crisis, ya que, esta actividad calma la mente, generando paz y tranquilidad. Ayudando a ver la vida de una manera positiva, logrando reencontrar la esencia del ser, al reconocer los miedos y las dificultades, al tiempo que, acepta que llega una nueva realidad, en la cual debemos, cuidarnos para cuidar.
Alimentarse sanamente. Volviendo a cocinar en casa, con productos naturales ricos en vitaminas, minerales y oligoelementos, que ayuden a conservar la salud y mantener un peso saludable, Convirtiéndose en un plan de disfrute, sobre todo, porque ahora hay tiempo de planear el menú, explorar recetas y ser creativos en torno a la compañía de seres queridos.
Conservar la salud mental en tiempos de pandemia, conlleva un prospecto lleno de elementos, donde el principal es tener una mente positiva, dándole campo a la alimentación sana, el sueño reparador y demás actividades que se mezclen homogéneamente con la cotidianidad. Al igual que, organizar el tiempo, marcar objetivos y cuidar las relaciones interpersonales, aunque sea a distancia, pero con ayudas tecnológicas que acercan.