El pasado 10 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental, fecha que sirve para dar a conocer la importancia que tiene este aspecto que cada vez provoca más muertes a nivel global, pero también mostró la poca importancia que representa el rubro para distintas autoridades, como en este caso las de la Ciudad de México.
Esto viene a colación porque del presupuesto total que se destina a la salud en la capital mexicana, sólo un porcentaje mínimo va dirigido para los hospitales psiquiátricos, además de que los programas públicos enfocados en prevenir y atender la parte mental de la población son escasos, a pesar de que se considera que uno de cada cuatro mexicanos ha tenido alguna discapacidad psicosocial.
Ante este panorama, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCDMX) hizo un llamado a las autoridades y legisladores para que se implementen reformas y políticas públicas que permitan generar un modelo de salud mental que garantice a las personas con discapacidad psicosocial, ser incluidas en la sociedad y recibir la atención que requieren.
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) contabilizó en el 2014 que existían en nuestro país un millón 420 mil personas con discapacidad psicosocial, problema que en la mayoría de las ocasiones es ignorado porque se piensa que sólo la salud física requiere atención profesional.
Hospital de las Emociones, un modelo a seguir
En ese sentido, en el 2016 se inauguró el primer Hospital de las Emociones de la Ciudad de México en la delegación Venustiano Carranza con el objetivo de cuidar la salud mental de los jóvenes capitalinos, pero ante el buen recibimiento, un año después abrió una segunda sede en la delegación Milpa Alta.
A casi dos años de creada la iniciativa, se ha brindado atención a 21 mil 414 mujeres y a 14 mil 117 hombres de entre 12 y 29 años, siendo los casos más recurrentes ansiedad y depresión, además de que se ha logrado evitar el suicidio de más 2 mil personas.