Históricamente, el índice Standard & Poor’s 500 (S&P 500) ha registrados mayor rentabilidad cuando el presidente de Estados Unidos ha sido demócrata, por lo que el acceso del republicano Donald Trump a la Casa Blanca podría tensar los mercados.
Hay que recordar que la salud del próximo presidente es otro factor que podría “enfermar” a las bolsas de valores.
En días pasados, analistas de mercado llegaron a ver en la neumonía de Hillary Clinton una amenaza que, por fortuna, no evolucionó en una complicación que dañara los pulsos económicos, no obstante, el tema de la salud es tenido muy en cuenta por los estadounidenses a la hora de votar, ya que podrían percibir en las enfermedades signos de debilidad y optar por el candidato más sano.
En EE. UU. pareciera que enfermar o desplomarse está prohibido para los candidatos a la Casa Blanca, basta recordar el caso del republicano Bob Dole, quien en un acto de campaña de 1996 cayó de cabeza de una tarima, y aunque se recuperó físicamente, su candidatura no volvió a ser la misma.
Quizás por ello, durante la campaña de Trump se han empeñado en hacerlo lucir como la opción con mejor salud, pues en agosto pasado dio a conocer una constancia médica que señalaba que era “el individuo más saludable jamás elegido para ejercer la presidencia”, situación que levantó sospechas entre el gremio médico debido a que, entre otros aspectos, en una escritura profesional nadie se expresara de esa forma.
En tanto, la condición médica de Clinton ha levando sospechas por otros motivos, por ejemplo, por las fotos publicadas en febrero pasado donde aparecía su equipo de trabajo ayudándola a subir escaleras, o el desvanecimiento de septiembre adjudicado finalmente a un golpe de calor, así como su confirmada neumonía en las semanas recientes.
Sin embargo, la última palabra está por decirse, pues serán los votantes quienes decidan en la salud de quién confían, mientras que los mercados temen tener a una presidenta enferma, o entrar en la “era de Trump” que, según adelantan, sería dura solamente al principio, pero que causa incertidumbre porque el candidato se ha referido en distintas ocasiones a la reforma de la normativa de servicios financieros.
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