En todos los tiempos, los médicos han sido personas importantes para la sociedad y para el sistema de salud. En la actualidad los médicos se ven afectados por circunstancias externas que afectan su salud emocional y, por ende, su salud física. El estrés causado por el trabajo lleva a muchos médicos a caer en el abuso de las drogas, el alcoholismo, depresión, problemas de relación o incluso la muerte. Investigaciones muestran que, el estrés de los médicos afecta negativamente la atención de los pacientes y al sistema de salud en general. El bienestar médico, no sólo beneficia al médico en sí, sino que es vital en la prestación de un servicio de alta calidad.
Los médicos tienen largas jornadas laborales, en situaciones de carga emocional asociada al fracaso, al sufrimiento, al dolor y a la muerte, además, muchas situaciones terminan en malas relaciones con los pacientes y sus familiares. Por otro lado, la necesidad constante y abrumadora de tomar decisiones importantes que exigen una demanda cognitiva para procesar información, termina afectando su calidad laboral. Además, los temas relacionados con la gran responsabilidad de su profesión, las cuestiones relacionadas con su remuneración y la burocracia, entre otros, amenazan constantemente el bienestar del médico.
Son muchas las razones por las que un médico debe asumir la responsabilidad de cuidar su propia salud. Los médicos tienen un patrón de conducta que parece ser universal, “la ignorancia, la indiferencia y el descuido de los médicos hacia su propia salud” (Arnetz, 2006). La negligencia que muestran los médicos para someterse a exámenes físicos, la forma en que buscan aplazar los tratamientos médicos, su negativa a tener un médico de familia; en la gran mayoría de los casos, se automedican.
Entre los profesionales de la salud es común que se sientan presionados por sus colegas y pacientes a parecer física y emocionalmente bien, incluso cuando no lo están, porque consideran que su salud puede interpretarse como un indicador de su competencia médica, por esta razón, trabajan estando enfermos.
La productividad, eficacia laboral, la seguridad del paciente y calidad en la atención se ven afectadas negativamente a causa de la mala salud del médico, afectando el sistema de salud en general. La angustia, el agotamiento y la depresión terminan traducidos en errores médicos, que afectan al paciente, al mismo médico y al sistema.
El bienestar del médico es un indicador de la calidad del servicio médico y del sistema de salud, en vista del efecto positivo y los beneficios que tienen para la comunidad. Al bienestar médico debe darse la prioridad que se da a la atención del paciente, lo que redundaría en un mejor sistema de salud y la viabilidad financiera de la misma.
El beneficio de que cada médico tome en serio el cuidado de su salud, se verá reflejado en el bienestar general, serán más productivos y eficaces en la prestación de sus servicios y hasta los propios pacientes se beneficiarán al recibir una mejor calidad en la atención.
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