Una de las principales causas de muerte y lesiones son, sin duda, los errores médicos.
Datos de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) indican que de cada 100 quejas interpuestas por negligencia médica, únicamente dos concluyen con fallos contra el médico investigado.
De acuerdo a esta institución, entre las principales quejas se encuentran:
- Mala relación médico paciente.
- Errores de cirugías.
- Diagnóstico equivocado.
De acuerdo a Francisco J. Valverde, autor del libro Ética y Salud, la “mala praxis”, es un concepto ya generalizado en las legislaciones para definir un acto médico en el que se ha caído en negligencias, no necesariamente por malicia, pero sí por la responsabilidad que compete al médico cuando ha causado un daño al paciente.
La mala praxis, tipificada como negligencia para cualquier profesional de la salud, puede estar determinada por varias situaciones, entre las que destacan:
Abandono del caso
El médico, sin dejar a otro colega encargado, se olvida de sus pacientes o incluso se ausenta sin dar aviso, a sabiendas de que la salud de sus pacientes puede empeorar.
Durante intervenciones quirúrgicas
En ocasiones, por el afán de terminar rápido una cirugía, se descuidan al realizar una minuciosa hemostasis mediante métodos mecánicos o químicos. Otras veces, los cirujanos de mayor experiencia “encargan” a médicos inexpertos las intervenciones quirúrgicas sin considerar si van a tener o no dificultades.
Poca o ninguna renovación de conocimientos
Algunos profesionales de la salud pueden conformarse con lo que aprendieron en la facultad y se olvidan de mantenerse actualizados en las nuevas técnicas y avances científicos. Esto ocasiona que no preparen bien sus casos, lo que puede dar lugar a actos llenos de irresponsabilidad.
Falta de honradez al evaluar sus propias limitaciones
Los médicos deben tener la suficiente honradez y humildad como para saber cuándo un caso se escapa de sus capacidades y consultar con otro colega o especialista.
Impuntualidad
Ya sea por llegar a la consulta a deshoras, o por no acudir al consultorio con frecuencia. En estos casos, una diabetes que se agrava, o una apendicitis aguda que se complica pueden poner en peligro la vida del paciente porque el médico retardó el tratamiento o la operación.
Incurrir en una negligencia médica puede ocasionar un gran impacto en tu carrera. A esto puedes añadir:
- Altos niveles de estrés por tener que enfrentar una demanda y posibles consecuencias en tu prestigio médico.
- Destinar tiempo productivo a resolver la respuesta a la demanda y preparar las cargas probatorias.
Toma en cuenta los anteriores consejos y evita aquellas acciones que pueden poner en riesgo tu carrera como profesional de la salud.