De la cirugía se dice que es “un proceso biológico natural que tiende a la reparación” pero, cuando este proceso fracasa, es cuando aparecen las complicaciones postoperatorias. La cirugía trae consigo un riesgo que está determinado por el tipo de intervención y el estado del paciente. En el tipo de intervención deben considerarse el acto técnico y los aspectos relacionados con él: anestesia, aporte de líquidos, transfusiones, asepsia, etc.). Por lo tanto, ante cualquier tipo de cirugía es importante determinar con antelación los riesgos que la decisión implica y darle a conocer esta información, con claridad, para que sea asumida tanto por el paciente como por su familia. (Pera, 2004)
El riesgo ante una cirugía puede definirse como las probabilidades de morbilidad o mortalidad como resultado de la preparación preoperatoria, de la anestesia, de la cirugía y de los cuidados postoperatorios.
Por lo que existen una serie de parámetros para definir el riesgo quirúrgico que básicamente son la morbilidad y la mortalidad. Incluyendo también, la calidad de vida que el paciente tendrá en el futuro: la capacidad ocupacional, la vida social y la satisfacción de vivir.
Por otro lado, se deben tener en cuenta una serie de factores que tienen gran influencia sobre el riesgo. Estos factores incluyen la extensión de la enfermedad y la naturaleza de la misma, la edad, el estado general de salud, los malos hábitos, el factor nutricional, funcional e inmunológico del paciente. Estos factores de riesgo deben considerarse tanto como los riesgos quirúrgicos y el tipo de cirugía en sí y todos los aspectos que tienen relación con ella y que desempeñan un papel importante, como son la anestesia y la urgencia de la cirugía.
Si se tienen en cuenta las indicaciones técnicas y los protocolos del preoperatorio general de los pacientes, estos están bastante estandarizados, es evidente que existen otros factores de los que no se tiene mucha información: la experiencia, la competencia y la presión que recae sobre el equipo quirúrgico, como también sobre la infraestructura, el recurso humano y técnico con que cuenta el hospital, factores que también tienen influencia notable en el riesgo quirúrgico.
Son muy importantes algunas recomendaciones generales como la movilización precoz del enfermo en forma parcial o total, evitando el reposo innecesario, orientar y estimular al paciente para que se mantenga en alerta su estado cognitivo, y el objetivo terapéutico de mantener o recuperar al paciente en el mínimo plazo.
Un trabajo en equipo de las áreas multidisciplinarias que intervienen en la cirugía, aumenta de forma significativa el éxito de la cirugía y beneficiará la salud integral del paciente, permitiéndole disfrutar de su calidad de vida mucho tiempo después del alta.
En el presente y gracias al gran avance tecnológico y a la calidad del personal que interviene en una cirugía, en nuestro medio, la valoración de los riesgos con miras a una valoración diagnóstica efectiva, una preparación preoperatoria cuidadosa y un correcto pronóstico postoperatorio con el eventual tratamiento de las complicaciones que puedan aparecer.
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