El turismo médico se define como la exportación de servicios de salud enfocado en 4 áreas específicas: medicina curativa, preventiva, estética y de bienestar. También se identifican con otros nombres como turismo de salud, turismo sanitario o turismo médico que ocurre a nivel global y consiste en viajar a otra ciudad o país para someterse a algún tipo de tratamiento o atención médica (como cirugías, tratamientos, rehabilitación). Esto ha ocurrido debido a la adquisición de nuevas tecnologías y, la promoción de las condiciones de calidad de la prestación de los servicios, se ven beneficiados por la actualización y tecnificación constante de los procesos asistenciales ante el cumplimiento de estándares internacionales que promocionan venderse en el exterior como proveedores de procedimientos médicos de alta calidad, desde estéticos hasta los de alta complejidad médica.
Para el año 2008 entran en el panorama de proveedores de servicios de salud, Singapur, países del Medio Oriente y por primera vez, países latinoamericanos empiezan a mostrarse como una oferta interesante en el sector (1). Dentro de los países latinoamericanos, Colombia ha desarrollado estrategias para impulsar dicho sector y mostrarlo como un país donde predomina el nuevo paraíso para el turismo médico mundial y que se convierta en alternativa real de negocios para las instituciones de salud colombiana, debido a que ofrece las ventajas de períodos de espera reducidos, mejora en la atención, ausencia de mayores restricciones o el hallar opciones no incluidas en las pólizas de seguro de salud de los países de origen, sin dejar de lado la variedad de destinos y riquezas naturales que ofrece su ubicación geográfica.
Las preocupaciones éticas más recientes expresadas contra el turismo médico, registran que aparecen potencialmente complicaciones infecciosas, esto ocurre de manera común con destinos médicos tercermundistas, que ofrecen precios mucho más bajos.
Los organismos de gobierno no ejercen un control que garanticen la calidad de la atención médica en general, la seguridad y eficacia de ciertos procedimientos en particular. Tampoco hay supervisión internacional para la acreditación de hospitales, médicos u otros profesionales de la salud. Los estándares de calidad varían mucho de un país a otro.
Las personas pueden acceder a procedimientos y técnicas en países extranjeros que son ilegales en los países de origen de los pacientes (aborto y eutanasia) o ilegales tanto en sus países de origen como en los países de destino (tráfico de órganos).
Los pacientes pueden regresar del turismo médico en países extranjeros con serias complicaciones médicas con afectaciones tanto económica como ética para los médicos en sus países de origen. Incluso hasta influir en los pacientes del país de origen se vean privados de un trasplante de órganos. Cuando un órgano de un donante fue en su lugar a un “turista de trasplantes” que regresa en caso de necesidad de emergencia de una segunda cirugía de trasplante.
Según cálculos realizados, se puede señalar que los rangos porcentuales de ahorro, con base en los precios de los procedimientos médicos en Estados Unidos y Costa Rica, oscilan entre 40 % y hasta casi el 90 % respectivamente, lo cual representa una oportunidad tanto para los pacientes en busca de ahorro como para los proveedores de servicios de salud por la demanda potencial.
También se destaca que el turismo médico se constituye como una buena opción para el desarrollo, con énfasis en los negocios (2), lo que lo convierte en algo poco ético que distorsiona de manera desconsiderada la función de la medicina e insta a no cosificar la vida humana, discrepa con la explotación inescrupulosa de personas vulnerables que desesperadamente aspiran encontrar curas para una enfermedad terminal (3)
REFERENCIAS BILIOGRAFICAS
| 1. | Bustos KTF. TURISMO MEDICO COMO OPCIÓN DE DESARROLLO ECONÓMICO DE LA UNIVERSIDAD EAN. 2012 |
| 2. | Martínez-Chaves D. TURISMO MÉDICO: GENERALIDADES PARA SU COMPRENSIÓN INTEGRAL. TURISMO SOCIEDAD. 2015; 19(137-161). |
| 3. | Análisis ético y jurídico del turismo médico en Colombia. Riesgos en la instrumentalización comunicativa. Revista de Bioética y Derecho. 2021; 52(121-138). |
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