- La práctica cotidiana de reutilizar envases de plástico para guardar comida aumenta el riesgo de enfermedades gastrointestinales y cáncer.
- La mayoría de este tipo de empaques fueron creados para estar en contacto directo solo con un producto en específico.
- Lo ideal es comprar frascos o empaques nuevos.
Una costumbre arraigada en muchas personas es reutilizar los envases de plástico. Por lo regular guardan los envases de productos lácteos y los emplean como nuevos espacios para almacenar comida. Es algo bastante sencillo y en apariencia sin importancia pero en realidad no es lo ideal porque puede provocar la aparición de diversas enfermedades.
La escena se repite con muchos de los oficinistas que llevan sus propios alimentos a sus lugares de trabajo. Por comodidad prefieren emplear envases que fueron diseñados para el almacenamiento de algún líquido en lugar de comprar nuevos. Si tú te identificas con esta práctica entonces debes dejar de hacerlo por recomendación de la Procuraduría General del Consumidor (Profeco).
De acuerdo con un artículo publicado en la Revista del Consumidor, reutilizar envases de plástico que originalmente fueron diseñados para yogurt, crema u otro alimento es un error bastante común.
Lo que menciona es que este tipo de empaques fueron creados para estar en contacto directo solo con un producto en específico. En todos los casos son un resguardo durante el proceso que empieza con el almacenaje y transporte hasta concluir con la venta directa al público. En ocasiones pueden transcurrir meses hasta que finalmente sean abiertos.
El punto más importante es que Profeco considera a estos empaques como de un solo uso, en especial cuando son de plástico. El problema empieza cuando se quieren volver a utilizar porque son los espacios ideales para la formación de bacterias.
El mayor riesgo al que se exponen las personas es a sufrir contaminación cruzada. Esto ocurre al reutilizar envases de plástico para almacenar alimentos crudos como carne, pollo o pescado. En este tipo de situaciones se generan microorganismos que pueden desencadenar múltiples enfermedades gastrointestinales.
Ahora bien, otra práctica común al lavar estos empaques es utilizar agua caliente para quitar todo su contenido y poder darles un segundo uso. Al hacerlo ocurre otro peligro porque el plástico original puede desprender minúsculas partículas de bisfenol.
¿Y eso qué es?
Esta sustancia, también conocida como, se utiliza en los procesos químicos para endurecer los plásticos. Se puede encontrar en objetos de uso cotidiano como las botellas de los refrescos.
El problema es que si se desprende y es consumida, algunos estudios afirman que puede aumentar el riesgo de diversos tipos de cáncer.
Los consejos de la Profeco
Para evitar riesgos innecesarios lo primero que se debe hacer es revisar si los envases de otros productos tienen un grabado en la parte inferior. Los que tienen el ícono de una copa y un tenedor fueron creados para resguardar alimentos.
También verás un triángulo debajo del contenedor con un número que va del 1 al 7. Por su composición las opciones más seguras son las que tienen los números 1, 2 y 4, 5.