Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, garantizó que su gobierno se basaría en la austeridad, evitando el despilfarro de recursos que prevaleció en administraciones pasadas. En este sentido, una de sus primeras encomiendas luego de confirmarse su victoria en las elecciones del 1 de julio fue retirar la mayoría de privilegios a los servidores públicos de alto rango, lo que incluye su Seguro de Gastos Médicos Mayores (SGMM).
De esta manera, aunque la medida tiene como objetivo el obtener un ahorro de 2 mil 700 millones de pesos anuales que se invertirá en otros rubros, la realidad es que los más perjudicados serán los médicos y enfermeras del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), quienes de manera inmediata presentarán un aumento exponencial en su carga de trabajo.
Médicos del ISSSTE, principales afectados
Lo anterior se debe a que, a partir del 1 de diciembre, se espera que el ISSSTE reciba acerca de 2 millones de nuevos derechohabientes, cifra correspondiente a los 500 mil servidores públicos que se quedarán sin SGMM junto a sus familiares; sin embargo, el número de unidades médicas y personal de salud seguirá siendo el mismo.
Si se considera que actualmente el ISSSTE presenta un déficit de personal que provoca que los pacientes deban de esperar para poder recibir atención y los médicos sufren de agotamiento laboral por sus extenuantes jornadas de trabajo, ahora la situación se agudizará sin que hasta el momento se haya mencionado la forma en que se combatirá el problema.
Aunque la medida del retiro de SGMM a funcionarios de alto nivel es buena en primera instancia, la disyuntiva radica en que su aplicación inmediata perjudicará en la calidad de vida del personal médico del ISSSTE.