El desayuno y su importancia en la alimentación diaria han sido poco estudiados dentro del área de la nutrición y, todavía en menos proporción, en el ámbito de las profesiones de la salud.

La nutrición y la alimentación durante la infancia y la adolescencia son de gran trascendencia en la calidad de vida del adulto, y la forma adecuada de iniciar la actividad diaria es con un desayuno nutricionalmente balanceado.

Un adecuado soporte científico resalta el desayuno como la comida más importante del día. En contravía con este concepto, el desayuno es la comida del día más omitida, incluso durante los primeros años de vida, en especial cuando el niño comienza a asistir a la educación temprana^{1, 2}. La participación del niño en el sistema escolar, donde incorpora procesos de socialización, desarrollo neural y conocimientos, requiere de un soporte alimentario y nutricional adecuado, así como de un acompañamiento permanente que garantice la transición entre la alimentación asistida en el ambiente familiar a la alimentación individual en el sistema escolar^{3, 4}.

El panorama alimenticio del niño se ve ensombrecido por la ausencia de actividad física y empeora por el pobre control paterno sobre los tiempos de permanencia diaria frente a los medios de telecomunicación; este círculo vicioso genera sobrepeso y obesidad, sobre todo cuando hay un excesivo consumo de calorías⁵.

El desayuno como habito de vida saludable

Con todo el soporte científico existente respecto al impacto positivo de la ingestión de una comida adecuada en las horas de la mañana sobre el desempeño cognitivo, es importante que padres de familia, educadores y profesionales de la salud, sean conscientes de que esta sana medida sea implementada y difundida.

Es importante considerar que el consumo del desayuno por la mañana, así como los elementos que lo integran, que deben incluir alimentos de cada uno de los grupos alimenticios en cantidades acordes con las necesidades específicas e individuales de cada niño^{6, 7}. La participación de los niños y adolescentes en la selección y en la preparación de alimentos para el desayuno, siempre que se les brinden las herramientas necesarias para seleccionar alimentos de los diferentes grupos.

En conclusión, la incorporación del desayuno como una práctica de vida saludable probablemente sea una de las intervenciones que arroje resultados positivos, no sólo en el desempeño académico de los escolares, sino también en la salud pública general a largo plazo, posibilitando así, transformaciones sociales⁸.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. Rivero M, Riechman E, Cilleruelo P, Barrio TJ. La importancia del desayuno en la alimentación infantil. Nure Invest. 2002; 5: 231-6.
2. Amat A, Huerta V. Estudio descriptivo sobre hábitos alimentarios en el desayuno y almuerzo de los preadolescentes de Viladecans (Barcelona). Nure Invest. 2006; 23: 1-10.
3. Nicklas TA. Temporal trends in breakfast consumption patterns of 10-year-old children: The Bogalusa Heart Study, 1996. p. 72-80. Fecha de consulta: 11 de junio de 2013. Disponible en: http://openagricola.nal.usda.gov/Record/ IND20543094
4. Nicklas TA. Breakfast consumption affects adequacy of total daily intake in children. J Am Coll Nutr. 1993; 93: 886-91.
5. Gómez-Reguera R, González-Fortes D, Castro-Pérez F. Influencia de los hábitos alimentarios en el rendimiento escolar de los adolescentes. Actual Nutr. 2009; 10: 290-300
6. Rampersaud GC, Pereira MA, Girard BL, Adams J, Metzl JD. Breakfast habits, nutritional status, body weight, and academic performance in children and adolescents. J Am Diet Assoc. 2005; 105: 743-60.
7. Niclas TA, Reger C, Myers L. Breakfast consumption with and without vitamin-mineral supplement use favorably impacts daily nutrient intake ninth-grade students. J Adolesc Health. 2000; 27: 314-21.
8. Adela Herrera, Javier Criales. Relevancia del desayuno en la niñez. Noviembre de 2012.

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