Con una cerrada votación realizada en 2016, la sociedad británica decidió separarse de la Unión Europea (Brexit), proceso que de inmediato recibió opiniones de todo tipo, aunque lo cierto es que se trata de uno de los acontecimientos mundiales más importantes de los últimos tiempos por todas las consecuencias que provocará, en especial dentro del sector salud.
En primera instancia, Matt Hancock, Secretario de Estado de Salud del Reino Unido, publicó una carta en la que se dirige médicos, enfermeras y pacientes ingleses para tranquilizarlos sobre los miedos que se han presentado en torno a una posible crisis sanitaria por culpa del Brexit.
Pero aunque será hasta el 30 de marzo del próximo año cuando entre en vigor el Brexit, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) ya cuenta con un plan de salud que se implementará para evitar cualquier tipo de consecuencias o efectos adversos para este sector tan importante de la sociedad.
Dentro del programa se estipula que se autoriza a las compañías farmacéuticas el poder acumular un inventario de medicamentos, por si se interrumpe de forma abrupta el suministro en el Reino Unido.
Pero esta medida no sólo aplicará para las farmacéuticas sino que el NHS también asegurará 6 semanas adicionales de suministro de medicamentos por si las importaciones procedentes de la Unión Europea se ven afectadas.
Aunque a pesar de que la idea es garantizar un abastecimiento suficiente de medicamentos durante los primeros meses en que entre en vigor el Brexit, todavía se mantiene el temor en los médicos porque una encuesta previa mostró que el 80 por ciento de ellos temen por su futuro e inclusive se piensa que se podría presentar una huida masiva de galenos, para lo cual todavía no se cuenta con una solución.
