El National Health Service de Reino Unido continúa “innovando”. Hace apenas un mes se aprobaba la decisión de negar cirugías no vitales a fumadores y personas con obesidad, y ahora se ha puesto en marcha un programa piloto que pretende negar atención de parto a aquellas mujeres que no posean un pasaporte inglés o algún documento que acredite su residencia dentro de la Gran Bretaña.
El citado programa cuenta con el aval del gobierno británico y obligará a toda mujer que arribe a las alas de maternidad a mostrar su pasaporte como prueba de que tiene el derecho a utilizar los servicios públicos de salud del Reino Unido de forma gratuita. Asimismo, debido a un cambio en la ley, se cobrará el uso de ambulancias y servicio de emergencia a toda persona que no pueda acreditar su residencia en la nación europea.
La sui generis medida tiene por objetivo combatir un problema de turismo de salud y maternidad (extranjeros que viajan al Reino Unido para ser atendidos de forma gratuita), problema que en 2015 costó al NHS un aproximado de 2 mil millones de libras esterlinas, producto de cerca de 50 mil visitantes o inmigrantes con visas temporales que hicieron uso de estos servicios.
Cabe destacar que, en etapas posteriores, la medida pretende ser aplicada para todos los procedimientos que se realicen dentro de los hospitales del NHS, con excepción de los servicios de emergencia, los cuales seguirán siendo utilizados de la misma manera.
De momento la medida será implementada únicamente en los embarazos y, dependiendo de los resultados que se logren, se continuará con su implementación en otro tipo de pacientes.
Afortunadamente para las finanzas mexicanas el IMSS no cuenta con un problema similar al que se tiene en el Reino Unido.