Dentro de tus actividades cotidianas se encuentra la atención a pacientes. Es una acciones muy compleja que involucra distintas acciones y ante la cual es necesaria la máxima concentración. Cualquier distracción puede derivar en errores de distintas magnitudes. A diferencia de otras profesiones, aquí sí pueden existir repercusiones que inclusive pueden ser mortales.
Ahora bien, dentro de tu vida en el consultorio es necesario interrogar al paciente para identificar el origen de la enfermedad. Al hacerlo vas a obtener información valiosa pero que es confidencial y no puedes mostrarla libremente fuera de la consulta. De hacerlo mostrarías una falta de ética que afecta tu prestigio profesional.
Por otra parte, existen circunstancias especiales en las que puedes intercambiar de forma correcta la información con otros colegas, cuidadores y familiares del propio paciente. Para hacerlo sin afectarlo es necesario que cumplas con los siguientes aspectos.
Llegar a un común acuerdo con el paciente
El único que te puede autorizar compartir ciertos datos es el propio paciente. Hay que establecer con el paciente la información que desea compartir, con quién, y en qué circunstancias. Esto resulta especialmente importante cuando el sujeto tiene capacidad mental fluctuante o es probable que pierda la capacidad de tomar decisiones de forma temporal o permanente. De este modo el médico evita cuestionarse tardíamente qué datos podría revelar o no, así como malos entendidos con cualquier persona con quien el individuo querría compartir información.
Respetar la dignidad del paciente
Si un paciente carece de capacidad para decidir, el médico debe compartir información teniendo como prioridad su cuidado y el respeto a su dignidad. Asimismo, tendrá que tomar en cuenta si su falta de capacidad es temporal, en cuyo caso la decisión de revelar datos podría esperar hasta su recuperación, en caso contrario, sería razonable suponer que el paciente querría que las personas más cercanas a él se mantuvieran informadas sobre su estado de salud general y pronóstico.
Cuidar con quién se comparte la información del paciente
Si alguien cercano al paciente quiere hablar con el médico de sus preocupaciones sobre la salud de éste, se debe establecer que aunque la conversación no viola la confidencialidad del paciente no se garantiza mantenerla en secreto. El profesional de la salud puede requerir compartir con el paciente la información que aún no ha recibido de otros cuando ésta ha influido en la evolución de su tratamiento.
Nunca caer en el abuso de confianza
La confidencialidad no debe usarse como pretexto para negarse a conocer puntos de vista e información que podrían resultar útiles en el cuidado del paciente. El médico puede escuchar a los cuidadores, aunque antes necesitará valorar si su paciente lo consideraría un abuso de confianza, en especial si le ha pedido que no escuche a nadie.