De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el acceso real y efectivo a la información más actualizada en materia de asistencia médica, tecnología médica y salud pública es todavía distante en aquellos países considerados en vías de desarrollo. Una afirmación que no sólo vulnera la capacidad de los profesionales de la salud para emitir diagnósticos para el control de una determinada enfermedad sino, además, representa una limitante que daña la calidad de vida de la población en diferentes parte del globo terráqueo.
Una proporción considerable de la población del mundo, en especial en los países en desarrollo, aún no ha extraído muchos beneficios de innovaciones que en otras partes son corrientes. Esta situación se debe a diversas causas, desde la deficiencia de los sistemas de suministro hasta los precios inasequibles. A menudo los factores que impulsan la innovación no favorecen su utilización para luchar contra enfermedades que afectan de manera desproporcionada a la población de los países en desarrollo. […] La innovación encaminada a afrontar enfermedades que afectan fundamentalmente a los pobres tropieza con los efectos combinados de la disfunción del mercado y la inversión insuficiente del sector público. La puesta en el mercado de un producto nuevo es el resultado de un proceso largo y costoso. Debido a las consecuencias e incertidumbres en materia de recursos, la creación de un entorno favorable es fundamental para lograr resultados satisfactorios en materia de innovación (OMS, 2003).
Por esa razón, es importante que los profesionales de la salud, en la medida de sus posibilidades, distribuyan el conocimiento que la academia, el internet y su desarrollo en la práctica médica le han dotado a lo largo de su formación profesional¹.
Más investigación, pero sin plagio
Con esto en mente, un equipo de científicos norteamericanos han desarrollado una tecnología que tiene la capacidad para detectar información que ya había sido publicada antes en un medio impreso, digital o radiofónico. Un dispositivo que podría ser usado en el sector médico profesional llamado: Red Points.
La tecnología puede detectar infracciones digitales de derechos de autor o vender productos físicos que son falsificaciones de los originales. […] a través del monitoreo activo con palabras clave, Red Points busca activos falsificados, piratería y otras formas de violación de propiedad intelectual por medio de la Inteligencia Artificial en distintos formatos: desde digitales (música, películas, etc.) hasta físicos (cosméticos, gafas de sol, relojes, etc.).
Ya sea durante tu etapa como estudiante, en el ámbito de la academia, o como miembro activo de la comunidad científica, el médico, especialista y o profesional de la salud que dedique buena parte de su vida a la redacción de artículos científicos especializados debe de ajustarse a una serie de criterios editoriales y de copyright con la intención de evitar caer en la violación a la Ley.
¹ Organización Mundial de la Salud. Investigación y desarrollo para atender las necesidades sanitarias de los países en desarrollo: fortalecimiento de la financiación y coordinación mundiales [En Línea]. Ginebra, 2003. [Fecha de consulta: 05 de febrero de 2018]. Disponible en: http://www.who.int/phi/CEWG_Report_ES.pdf?ua=1
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