- El primer contagio humano ocurrió en 1970 pero antes del 2022 todos los casos habían ocurrido en África.
- Hasta ahora el único país de América Latina con casos es Argentina.
- Las mismas medidas indicadas para la protección de la Covid-19 funcionan contra la viruela del mono.
Aunque existe el riesgo de que la viruela del mono llegue a México, no es momento de caer en preocupaciones desmedidas sino seguir las recomendaciones básicas de higiene. De acuerdo con las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la probabilidad de que se disemine la enfermedad dependerá de la oportunidad con que se reporte y del conocimiento médico, así como de las políticas que establezca la autoridad, además de que no hay condiciones naturales en México para que esa viruela se pueda perpetuar.
En ese tenor, Francisco Monroy López, experto del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), explicó que estos virus no son altamente mutagénicos. De hecho, son bastante estables, pero es posible que se hayan adaptado a nuevas condiciones. La fauna de naciones donde se registraron casos, como Inglaterra, España, Canadá o Estados Unidos, tampoco ha sido identificada como portador natural.
Condiciones para que la enfermedad se extienda por el mundo
En entrevista definió los tres factores por los cuales una enfermedad se presenta en condiciones que no tenía antes. El primero tiene que ver con el agente, es decir, el virus que podría estarse adaptando mejor a situaciones diferentes. También importan los individuos susceptibles, porque el porcentaje de población inmunizada es de menos de 30 por ciento (la vacuna contra viruela humana dejó de aplicarse cuando se declaró erradicada la enfermedad, en 1980), y esto hace que un virus parecido, como el del mono, se pueda transmitir a la población.
Finalmente, el tercero es el ambiente, cuyas circunstancias favorables hacen que la enfermedad se disemine. La forma natural de adquirir el virus es por contacto con los reservorios, roedores o animales endémicos. También hay que pensar que hay comercio ilegal de especies exóticas a escala internacional, a partir de las cuales podrían producirse infecciones. Puede ser uno de esos factores, dos de ellos o la combinación de todos, la causa de lo que está ocurriendo.
Monroy López mencionó que por el momento no existe un tratamiento específico contra el virus causante de la viruela del mono, aunque hay algunos antivirales que se han probado. En caso de que el brote comenzara a tener mayor magnitud, lo cual es poco probable, el manejo que se tendría que dar es a través de las vacunas contra la viruela humana, que existen desde hace décadas y se pueden fabricar de forma masiva.
Recomendaciones para mantenerse protegido de la viruela del mono
En cualquier caso, va a ser importante que haya una notificación oportuna a las autoridades ante cualquier sospecha. Si hay malestar, dolor de cabeza y de músculos, fiebre, hay que acudir al médico. El principal cuidado es el aislamiento, una cuarentena estricta, y el seguimiento de las personas con quienes tuvo contacto el paciente para que también se aíslen.
Quienes viajen a los países donde se han presentado casos de la viruela del mono deben tomar precauciones y evitar el contacto con otras personas. Las medidas que aprendimos con la COVID-19 también son válidas para la viruela del mono.
De esta forma, las principales son usar cubrebocas, lavado de manos y sana distancia. Esta última ayuda a disminuir casi a cero el riesgo de adquirir esta enfermedad. Además, hay que estar atentos a las indicaciones que las autoridades puedan proporcionar en este sentido, acudir a fuentes de información confiables, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), y evitar estar en contacto o adquirir fauna silvestre o exótica.
También consideró que la Secretaría de Salud (SSa) ya debe tener un estudio relacionado con este padecimiento y un plan de emergencia si se presentan casos. Dijo que hay epidemiólogos trabajando en cuáles serán las medidas que se requieren de inmediato para impedir la diseminación potencial de esta enfermedad. Además deben definir qué acciones se tomarán para establecer cercos sanitarios para mantenerla contenida en un espacio y población reducidos.
“Tenemos infraestructura hospitalaria y un excelente equipo médico en el país; todo va a depender de que la estrategia planteada por la autoridad sea rápida, oportuna y permita la detección de los primeros casos para mantener contenido al padecimiento”.
Breve historia de la enfermedad
El universitario recordó que la viruela del mono se detectó por primera vez en los seres humanos en 1970 en la República Democrática del Congo. Mientras que en las últimas semanas ha tenido una expansión sin precedentes en Europa y América del Norte.
Detalló que es causada por un virus y considerada una zoonosis, porque tiene origen en los animales y se transmite al humano; se trata de una de muchas que compartimos con ellos.
“Se le llama del mono, pero en realidad los hospedadores principales no son los primates sino diferentes especies de roedores silvestres, como ratones y ardillas endémicos del centro de África: en Congo y Nigeria se han dado la mayoría de casos”.
Hace algunos años, prosiguió, había brotes ocasionales fuera del continente negro, todos originados por personas que viajaban a zonas endémicas y se enfermaban de regreso a su país. Ahora, en cambio, se ha demostrado la presencia de ese mal en personas que no se han trasladado a territorio africano.
De mil personas que se llegaran a infectar con el virus, 100 llegarían a manifestar síntomas entre ocho y 14 días después del contagio (entre ellos, dolores musculares, fiebre y erupciones en la piel) y, de ellas, dos o tres podrían morir.
“Eso depende de qué tan oportunamente soliciten y reciban atención médica, y de sus condiciones de salud, aunque los menores de 16 años parecen ser más susceptibles. Los signos pueden durar dos o tres semanas, dependiendo de las condiciones inmunológicas de cada paciente”.
Seguramente el control de la enfermedad tendrá un manejo preventivo que incluya vacunación; el tratamiento consistiría en mantener en aislamiento a los pacientes, reforzar su sistema inmunológico y aplicación de antivirales existentes.