A finales de mayo el Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta en torno a la temporada de olas de calor 2018, pues derivado de éstas podrían llegar a registrarse temperaturas de hasta 50º C en entidades como Chihuahua, Guerrero y Oaxaca. Si bien originalmente se tenía previsto que este fenómeno culminara durante el mes de julio, recientemente expertos del Instituto Politécnico Nacional (IPN), dieron a conocer que podría prolongarse hasta septiembre próximo.
Ante la presencia de este fenómeno, resulta menester que todos los profesionales de la salud, particularmente los médicos de primer contacto, adviertan a sus pacientes sobre la necesidad de extremar precauciones ante las olas de calor que se seguirán presentando durante el mes de agosto. Algunas de las acciones preventivas que debes de recomendar a tus pacientes para evitar la presencia de complicaciones son:
- Aumentar los niveles de hidratación (con agua simple, líquidos rehidratantes o jugos) y reducir el consumo de bebidas calientes o alcohólicas.
- En la medida de lo posible, cambiar los hábitos alimenticios y preferir dietas ricas en frutas, verduras y sopas frías, evitando también el consumo de platillos calientes.
- Cuidar la correcta preservación de los alimentos durante las olas de calor y guardar en el refrigerador comidas como pastas, salsas y carnes.
- Se recomienda continuar con las actividades físicas y los deportes, pero jamás durante las horas de mayor riesgo, entre el mediodía y las siete de la tarde.
- Reducir la exposición directa bajo el sol, tratando de permanecer bajo la sombra y protegiéndose con sombreros, gorras o pañuelos.
- No usar ropa calurosa y preferir el uso de materiales frescos como el algodón y de colores claros para reducir los efectos de las olas de calor.
- Cerrar ventanas y persianas durante el día para evitar que se calienten en exceso las habitaciones, mejor abrirlas en la noche para ventilar.
Con respecto al tema en turno, vale la pena señalar que, de acuerdo con los expertos, las olas de calor a escala global se volverán más intensas y provocarán cada vez más muertes. En este sentido, un estudio efectuado en Londres estima que para el año 2080 el número de fallecimientos por las olas de calor podría multiplicarse 12 veces en naciones como Filipinas, mientras que en Estados Unidos y Australia el número de muertes se quintuplicará de no aplicarse medidas más estrictas para detener el calentamiento global.