En 2015 un grupo de expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estimó que 1.5 millones de niños menores de 5 años padecían de desnutrición en el país, principalmente en la región sur (donde se concentran casi el 20 por ciento de los casos). Ante tal panorama es importa que, como pediatra, recomiendes a los padres de tus pacientes la implementaciones de buenas prácticas de alimentación infantil, particularmente entre las madres.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda en su página dedicada a la lactancia materna, proporcionar leche materna al producto tan pronto como su primer hora de vida. De hecho, esta práctica de alimentación debería mantenerse al menos los 6 primeros meses del infante. Después de este periodo, los pediatras y las madres deben empezar a establecer un régimen alimenticio distinto.
De acuerdo con la Dra. Sydney Greenwalt, experta en nutrición clínica del Instituto Nacional de Pediatría (INP), la leche materna debería ser la fuente principal de nutrientes para los infantes no más allá de los 12 meses de edad. A partir de este momento, los bebés no necesitan ser amamantados más de cuatro veces al día, ya que la alimentación y la comida regular toman el papel principal.
Es importante que los pediatras recomienden a las madres tener hábitos de alimentación variados con sus bebés. La neonatóloga Flor Abinader afirma que, cuando se comience a presentar comida nueva al infante, no hay que evitar los alimentos que le causen alergias a los padres. Más bien se debe presentar la comida nueva en la mañana, para detectar oportunamente si el bebé tiene una alergia propia.
Además, la neonatóloga afirma que es mejor que se le dé comida nueva a los bebés diariamente en lugar de establecer ciclos de una semana, para que se pueda acostumbrar rápidamente al organismo del bebé a una alimentación variada e identificar alergias lo antes posible. Así también se puede llegar antes a alimentos como la carne, que generalmente se retrasa demasiado tiempo.
Con respecto a la lactancia materna, ambas expertas y la OMS afirman que se puede extender esta práctica de alimentación cuanto tiempo se desee, siempre que sea complementaria a partir de entre los seis y doce meses de vida del bebé. También es importante recordar a las madres que tus pacientes no necesitan leche entera a partir de los dos años y que su capacidad de metabolizar lactosa se reduce desde los cinco años.