Médicos del Jackson Memorial Hospital se enfrentaron a un problema ético cuando un paciente inconsciente fue llevado a la sala de emergencias.
El hombre de 70 años, que no portaba ninguna identificación y que tampoco estaba acompañado por familiares, fue atendido de inmediato; sin embargo, el personal médico se llevó una gran sorpresa al descubrir que el paciente en cuestión tenia tatuado en su pecho su última voluntad.
Los médicos hallaron en el torso desnudo del hombre la frase “no resucitar”, acompañada de su firma, también tatuada en su piel, lo que provocó que tuvieran una junta de emergencia.
De acuerdo con el caso publicado en el New England Journal of Medicine, en pocos minutos el grupo de médicos tuvo que tomar una decisión. Tras consultar rápidamente con el equipo de ética del hospital, los médicos optaron por no hacer caso al tatuaje y procedieron a reanimar al paciente, que padecía una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes mellitus, fibrilación auricular, y además, ingresó al hospital con una elevada concentración de alcohol en la sangre.
La solicitud del paciente causó más confusión que certidumbre dada la preocupación sobre su legalidad. Esta clase de tatuajes podría representar una decisión tomada hace tiempo y bajo el inflijo de algún tóxico, pero también podría tratarse de una manifestación real de su última voluntad. El paciente recibió tratamiento de reanimación a base de sueros intravenosos para ganar tiempo antes de tomar la decisión correcta.
Varias horas después de ser ingresado la salud del paciente empeoró, por lo que tras la reunión y sin ningún familiar con el que contactar, los médicos decidieron intervenir al paciente.
Si bien hubo muchas dudas sobre cómo actuar, el personal se basó en dos principios: no escoger una decisión irreversible (su muerte) y no admitir un tatuaje sin fechar ni documentar como un texto con validez legal.
Gregory Holt, médico especialista en cuidados intensivos y autor principal del estudio, mencionó que “muchos médicos suelen bromear sobre este tipo de casos, pero luego, cuando finalmente se enfrentan a este dilema, hay una expresión de sorpresa en sus caras porque realmente tienen que pensar en la mejor decisión”.
Posteriormente se dio a conocer que el paciente, que tenía antecedentes de enfermedad pulmonar, vive en un asilo de ancianos, pero se le encontró tirado en la calle con altos niveles de alcohol y paramédicos lo llevaron al Jackson Memorial Hospital.
Imagen: New England Journal of Medicine.