- Cada año miles de jóvenes deben de cumplir con su servicio social para poder egresar de la universidad.
- El mayor problema es cuando deben hacerlo en zonas rurales por las carencias y falta de apoyo que enfrentan.
- Un pasante de enfermería alzó la voz para exigir becas justas para todos los estudiantes del área de la salud.
Todos los profesionales de la salud deben cumplir de forma obligatoria con un año de servicio social. La duración es mayor a la de otras carreras y es la última etapa para poder egresar de la universidad. Al mismo tiempo, funciona como la prueba final en la que los estudiantes deben aplicar todos los conocimientos aprendidos en la escuela. Existen diversas historias pero hay una en particular de un pasante de enfermería que se ha viralizado a través de redes sociales y es una muestra de la realidad en nuestro país.
En primera instancia, existen diversas opciones para cumplir con este trámite. Dentro de la lista se encuentran los hospitales y clínicas ubicados en zonas rurales. Por el hecho de que se ubican fuera de las grandes ciudades son de difícil acceso, entre otras adversidades.
¿Cómo es el servicio social en hospitales rurales?
A pesar de la disposición para ayudar a las personas de escasos recursos, los médicos y enfermeras no pueden hacer el trabajo solos. Necesitan los recursos suficientes y el apoyo necesario para cumplir con sus funciones.
Más allá del equipo e insumos de los nosocomios, lo que más se denuncia es la inseguridad que prevalece en los lugares ubicados en zonas rurales. No son pocos los casos en los que se han denunciado agresiones, ataques y hasta asesinatos de profesionales de la salud.
Todo lo anterior sirve de contexto para conocer la historia del pasante de enfermería Muileme Gabino. Actualmente labora en el Hospital de Puente de Camotlán en Nayarit que forma parte de la red del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Bienestar.
Largos trayectos y sin apoyo económico
Las dificultades empiezan desde el hecho de que debe recorrer a pie un total de 90 minutos para llegar al nosocomio. Se encuentra en una zona en la que no hay transporte público y ni siquiera hay caminos pavimentados por la precarización que prevalece.
Sumado a lo anterior, su jornada es de 12 horas diarias. Al final, todo el tiempo transcurre en el transcurso de ida y vuelta y lo que pasa dentro del hospital.
A pesar de las dificultades señala que hasta el momento ha cumplido con su labor lo mejor posible. Aunque no ha sufrido de otro tipo de adversidades, ahora la principal barrera es la económica. Debido a que no cuenta con una beca de pasantía cada vez se le complica más poder seguir con su servicio social.
Con lo anterior en mente, el pasante de enfermería publicó un comentario en redes sociales en el que solicita apoyo del gobierno o de alguna institución. Poder recibir una beca o apoyo financiero sería de gran ayuda para aspectos básicos como la compra de uniformes o trasladarse los fines de semana con su familia.
Su historia sirve de ejemplo para cualquier profesional de la salud pero también es una muestra de la terrible realidad que enfrentan miles de jóvenes. Por esto, en ocasiones anteriores se ha exigido abolir o al menos transformar el modelo de servicio social en México.
De manera común se considera a esta etapa como una versión moderna de la esclavitud. Los jóvenes deben cumplir con las funciones básicas de un trabajador aunque siguen siendo estudiantes. Pero lo más grave es la falta de apoyo de parte de las autoridades estatales y federales.