Existen enfermedades de reciente aparición como la Covid-19 que ya son un problema de salud pública pero también hay otras casi tan antiguas como la humanidad. Dentro de esta segunda clasificación se encuentra el cáncer que a la fecha no cuenta con una cura. Aunque lo cierto es que solo una minoría de casos son de origen genético, mientras que la mayoría son prevenibles. Aspectos como cambios en el estilo de vida son suficientes para reducir la probabilidad de aparición de tumores.
En ese sentido, las investigaciones más recientes han confirmado que los primeros casos de cáncer en el mundo se registraron hace miles de años. Un equipo de antropólogos de la Universidad de Granada (UGr) en España identificó en Egipto los restos de dos momias de la era faraónica que vivieron aproximadamente en el año 2 mil A.C. Al hacer un análisis a fondo se corroboró que fallecieron a causa de cáncer de mama.
Para llevar a cabo la investigación se requirió de tomografías computarizadas, técnica considerada como una de las más modernas y que permite obtener resultados precisos. Mediante un escáner de última generación que es capaz de realizar 124 cortes tomográficos simultáneos se corroboró que es uno de los casos de cáncer más antiguos de la historia.
Mortalidad mundial actual
Por su parte, el cambio en el estilo de vida ha provocado un aumento exponencial en los casos y muertes por cáncer en todo el mundo. Mientras en 2018 se registraron 8.2 millones de fallecimientos para el 2020 a cifra llegó a los 10 millones de decesos.
Ahora bien, una de las características de los tumores es que prácticamente se pueden formar en cualquier parte del cuerpo. Aunque de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la actualidad hay cinco que son los que generan más muertes y son los siguientes:
- Cáncer pulmonar (1,8 millones de defunciones).
- Cáncer colorrectal (935 000 muertes).
- Cáncer hepático (830 000 defunciones).
- Cáncer gástrico (769 000 defunciones).
- Cáncer de mama (685 000 defunciones).
Consejos para evitar el cáncer
El máximo organismo sanitario también señala que el riesgo a los tipos de cáncer mencionados y otros más se puede reducir si se evitan las siguientes actividades:
- Evitando consumir tabaco.
- Manteniendo un peso corporal saludable.
- Comiendo una dieta saludable en la que se incluyan frutas y verduras.
- Realizando actividad física de forma regular.
- Evitando el consumo nocivo del alcohol.
- Evitando la radiación ultravioleta (que resulta principalmente de la exposición al sol).
- Reduciendo (en la medida de lo posible) la exposición a la radiaciones ionizantes (por motivos profesionales o durante la realización de pruebas de diagnóstico por la imagen).
- Reduciendo la exposición a la contaminación del aire exterior e interior, incluida la exposición al radón (un gas radiactivo que se produce al desintegrase de forma natural el uranio). La exposición al radón puede producirse en hogares y edificios).
De igual forma, otro de los aspectos más importantes es la detección oportuna. La mayoría de los tumores se vuelven mortales mientras más tiempo transcurra para su identificación. Por eso se debe promover una cultura de revisiones médicas periódicas. Es la única manera en que se puede detectar el cáncer desde su primeras etapas para iniciar con un tratamiento adecuado.