La hipertensión arterial es uno de los principales problemas de salud pública en México y una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte en el país. Esta condición, caracterizada por una presión arterial elevada de manera persistente, afecta a millones de personas y representa un desafío significativo tanto para el sistema de salud como para la calidad de vida de los mexicanos.
31 millones de mexicanos sufren de hipertensión arterial
Se estima que alrededor del 30% de la población adulta en México padece hipertensión arterial, lo que equivale a aproximadamente 31 millones de personas. Sin embargo, un aspecto preocupante es que una gran proporción de ellos no sabe que tiene esta condición. Se calcula que casi el 50% de las personas con hipertensión no han sido diagnosticadas, lo que aumenta el riesgo de complicaciones graves como infartos, accidentes cerebrovasculares y fallos renales.
La hipertensión es un “asesino silencioso” porque a menudo no presenta síntomas evidentes hasta que ya ha causado daño significativo al cuerpo. Entre los factores de riesgo más comunes para desarrollar hipertensión se encuentran la obesidad, el sedentarismo, una dieta alta en sodio, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo, todos ellos problemas prevalentes en la población mexicana.
Se relaciona con otros problemas de salud
La relación entre la hipertensión y otros problemas de salud, como la diabetes y la dislipidemia, agrava aún más el panorama. Estas condiciones suelen coexistir, creando un círculo vicioso que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La obesidad, en particular, es un factor determinante, y con más del 70% de la población mexicana con sobrepeso u obesidad, el control de la hipertensión se convierte en un desafío aún mayor.
El tratamiento de la hipertensión en México enfrenta varios desafíos. Aunque existen medicamentos efectivos y accesibles, la adherencia al tratamiento es baja, en parte debido a la falta de síntomas y a la percepción de que no es una condición grave. Además, la educación y la concienciación sobre la importancia de mantener una presión arterial controlada aún son insuficientes.
Para abordar la hipertensión de manera efectiva, es crucial implementar estrategias integrales que incluyan la promoción de estilos de vida saludables, la detección temprana, y el acceso continuo a tratamientos. También es vital fomentar una mayor educación pública sobre los riesgos de la hipertensión y la importancia de su control para prevenir complicaciones graves y mejorar la calidad de vida de millones de mexicanos.