Los quistes ováricos son uno de los múltiples riesgos a los que se enfrentan las mujeres y por eso es importante conocer sus síntomas. Lo ideal es identificar cada uno lo más pronto posible aunque la realidad es que muchas veces se obtiene un diagnóstico hasta muchos años después.
¿Qué es un quiste ovárico?
Como resultado de la ovulación, las mujeres enfrentan la posibilidad de desarrollar, en algún momento de su vida, quistes en uno o ambos ovarios. Si bien la mayoría son funcionales, benignos y no requieren cirugía, otros implican complicaciones o hasta la presencia de una neoplasia maligna. Por ende, es indispensable detectarlos a tiempo y ponerles nombre y apellido.
Médicos del IMSS de Veracruz extrajeron un quiste de ovario de más de 6 kilos
De acuerdo con el Dr. Gabriel Alejandro Gallo, socio titular del Colegio Mexicano de Ginecología y Obstetricia, estas tumoraciones pueden ocurrir a cualquier edad, pero son más comunes en la etapa reproductiva.
También entran en juego factores como tratamientos para la infertilidad, uso de tamoxifeno (medicamento antiestrogénico empleado en la prevención y manejo de ciertos tipos de cáncer de mama), embarazo, hipotiroidismo, gonadotropinas maternas, tabaquismo y ligadura tubárica.
¿Cuáles son los síntomas de los quistes ováricos?
Uno de los principales inconvenientes es que muchas veces los quistes son asintomáticos. Como consecuencia, las pacientes descubren su condición hasta mucho tiempo después de manera accidental mediante revisiones de rutina.
Por otra parte, existen casos en los que sí hay síntomas que indican la presencia de quistes ováricos y los principales son los siguientes.
- Dolor o presión unilateral o de abdomen bajo.
- Alteraciones en el ciclo menstrual.
- Sangrado uterino anormal.
Clasificación de los quistes ováricos
Los quistes ováricos pueden ser foliculares (cuando los folículos maduros no se rompen durante la ovulación) o del cuerpo lúteo (ya sea simples o complejos). Ambos ocurren durante el ciclo menstrual normal, habitualmente son asintomáticos y se resuelven de forma espontánea.
Otra categoría son los tecaluteínicos, asociados a la sobreestimulación por niveles elevados de hormona gonadotropina coriónica humana. Se identifican en mujeres embarazadas, con enfermedad trofoblástica gestacional, embarazo múltiple o hiperestimulación ovárica.
En tanto que los neoplásicos, ya sean benignos o malignos, se relacionan con un crecimiento anormal y exagerado de células.
“La ultrasonografía transvaginal es el estudio de gabinete de elección, el cual nos permite establecer características de la tumoración y la sospecha de benignidad o malignidad. Por ejemplo, los quistes uniloculares (que tienen un solo compartimento) de menos de 10 centímetros en pacientes premenopáusicas son, por lo general, benignos; en ausencia de síntomas, es posible vigilarlos con ultrasonidos seriados”, agrega el Dr. Gabriel
A partir de todo lo anterior la máxima indicación para las mujeres es someterse a revisiones médicas periódicas. No importa si no hay síntomas o señales de alerta de quistes ováricos porque muchas veces no hay molestias.
Aparición de quistes mamarios no siempre están relacionadas con cáncer
Un punto importante es que más del 70% de los quistes foliculares se solucionan con naturalidad y ostentan un panorama favorable. Aunque si una tumoración es maligna el pronóstico es más negativo pues el cáncer de ovario suele detectarse en fases tardías.
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