La semana pasada comenzamos con una serie de consejos para ser más agradable. Esta cualidad debería ser indispensable en cualquier profesional de la salud. Incluso si no lo eres todavía, jamás es tarde para comenzar. Conforme apliques estos 6 consejos, junto con los de la semana pasada, podrás notar un cambio positivo. En especial, en la felicidad de tus pacientes:
1No trates de impresionar
Parte de ser agradable implica una dosis de humildad. Para un profesional de la salud es muy importante reflejar sencillez. De lo contrario, tus pacientes pueden creerte prepotente. Si llegan a percibirte como una persona egoísta, tarde o temprano desconfiarán de tu servicio.
2Tampoco escondas tus logros
Es importante que no minimices las hazañas que has realizado en tu carrera médica. Una cosa es ser humilde y sencillo. Otra cosa es fingir que tus éxitos son nada. En lugar de parecer agradable, transmitirás una impresión de superioridad. Sobra decir cuál sería la opinión de un paciente.
3Deja de quejarte
Está bien lamentarse de las cosas con algún amigo cercano. Al fin y al cabo, se trata de desahogarse, algo válido y agradable. Pero si constantemente utilizas las quejas como un recurso de conversación, parecerás chocante. Procura cambiar de temáticas con tus pacientes.
4Procura imitar ademanes y expresiones
Las palabras y movimientos que utiliza una persona al hablar son parte de su identidad. Es probable que en su círculo filial o de amistad mucha gente los use. Si tu empiezas a emplearlos, se crea una agradable aura de familiaridad. En definitiva, se sentirán más a gusto los pacientes.
5Usa palabras más agradables
Muchas expresiones pueden ser dichas de forma mucho más suave, incluso si no son negativas. Por ejemplo, si un paciente no está de acuerdo con una terapia, no lo contradigas bruscamente. Es mejor utilizar la frase “Entiendo tu punto, y…” para fomentar una conversación pacífica.
6Aprende a ser honesto sobre tus límites
Para muchos doctores, la profesión es motivo de orgullo. Así que, cuando hay un diagnóstico extraño o que no se puede concretar, puede doler profesionalmente. Para los pacientes, es más agradable un médico que sabe cuándo investigar o pedir ayuda de un compañero. También debes recordar que detenerse y buscar apoyo es la práctica correcta cuando no se sabe qué hacer.