Hay varias formas en las que un laboratorio puede mejorar sus resultados. Una de las alternativas más obvias es la actualización de programas y equipo de trabajo. También es común optar por la capacitación del personal, de forma que su rendimiento sea superior. Pero un camino poco transitado es la eficiencia de los procesos. Es decir, buscar la optimización del trabajo.
Optimización implica utilizar plenamente los recursos. En este concepto se incluyen tanto los insumos y las máquinas de trabajo como el personal y el tiempo mismo del que disponen. Un laboratorio que aspire a este principio, desea reducir costos y agilizar labores. Cualquier acción que no provea valor, es considerada un desperdicio. Y por lo tanto, el objetivo debería ser eliminarla o minimizarla. ¿Sabes por dónde deben comenzar tus instalaciones este cambio?
1Defectos en el equipo
Instrumentos, insumos y máquinas deben ser de buena calidad. De lo contrario, se corre el riesgo de fallos en las pruebas, retrasos, costos adicionales y tiempos muertos. Para asegurar la optimización de los procesos, es crucial evitar estos incidentes. Las tareas de mantenimiento y supervisión de materiales deben realizarse oportunamente por los equipos responsables.
2Optimización de revisiones
Si tienes un laboratorio clínico, tal vez es política revisar 2, hasta 3 veces cada resultado. Sin embargo, es posible que estés llevando a cabo procesos innecesarios. Reconsidera tus parámetros de confirmación. Tal vez sería más efectivo confirmar los datos solo si difieren de los que regularmente presenta cada paciente. Así pueden ahorrarse mucho tiempo e insumos.
3Tiempos muertos
Al laboratorio no le conviene tener colaboradores o máquinas ociosas. Para la optimización de las instalaciones, tienes que valorar qué procesos son un cuello de botella. Si tienes a mucha gente sin nada que hacer porque se espera un cargamento hasta más tarde, recorre sus horarios. Asimismo, no esperes a que un aparato termine de usar todos los insumos antes de rellenarlos. En especial si la recarga requiere de varias personas, que podrían estar ocupadas después.
4Pide retroalimentación
Los colaboradores del laboratorio están en contacto directo con los procesos diarios. Si alguien sabe la mejor forma de iniciar la optimización, son ellos. Solicita opiniones y observaciones sobre qué elementos de la jornada podrían mejorarse. Incentiva su creatividad y recompensa las observaciones ingeniosas, aún si no son funcionales. Así, podrías encontrar grandes soluciones.