Durante los últimos meses hay un par de fármacos para bajar de peso que han ganado notoriedad en todo el mundo. Se trata de Ozempic y Wegovy (que utilizan el mismo componente activo: la semaglutida). Aunque originalmente fueron creados para el control de la diabetes ahora se sabe que también son de utilidad contra la obesidad.
En el caso de Ozempic incluso le ha generado ganancias millonarias a Novo Nordisk al convertirse en uno de los medicamentos más vendidos del mundo. Además la tendencia indica que se mantendrá durante los siguientes años.
Para poner en contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que una de cada ocho personas en el planeta tiene exceso de masa corporal. Con esto, la obesidad se trata de un problema de grandes dimensiones que debe ser atendido de inmediato.
¿Los fármacos para bajar de peso son seguros?
La respuesta corta es sí pero no se puede olvidar que se trata de medicamentos y siempre debe existir la indicación previa de un doctor. De ninguna manera se deben consumir por iniciativa propia porque es contraproducente.
En este contexto, YouGov, empresa global especializada en tecnología de análisis de mercados, por medio de YouGov Profiles, analizó qué relación tiene el paciente latinoamericano con el uso de los fármacos en general, y en particular con aquellos utilizados para bajar de peso.
En primer lugar se observa que, en comparación con los pacientes de otras partes del mundo, los latinoamericanos son muy liberales en el uso de fármacos. Así lo muestran sus actitudes estadísticamente más abiertas hacia el consumo de medicamentos sin receta médica (39% vs 35.6% global).
Además, los datos de YouGov Profiles muestran que los pacientes en la región son menos propensos que los del resto del mundo a investigar nuevos tratamientos, comprar medicamentos de marca por considerarlos de calidad superior o a seguir el consejo de su farmacéutico.
Ahora bien, ¿qué sucede con la preocupación de los latinoamericanos por su peso? No todos los países analizados en la región expresan lo mismo. Según datos de Global Profiles, en cada país las personas manifiestan diferentes pensamientos que podrían fomentar la adopción de este tipo de fármacos para bajar de peso y que superan estadísticamente al promedio regional.
Por ejemplo, los brasileños sienten más presión de los medios para bajar de peso (39.2% está de acuerdo con esa afirmación, vs 33.6% regional), los argentinos batallan más para hallar ropa de su talla (35.3% vs 32.8%) y los colombianos aspiran más a ser delgados y saludables (65.9% vs 64.5%).
¿Los mexicanos consumen fármacos para bajar de peso?
Por su parte, comparados con todos los encuestados en América Latina, los mexicanos suelen estar estadísticamente más preocupados por su peso y más abiertos a usar fármacos para facilitar su dieta.
Por ejemplo, 38.7% dice que la publicidad afecta su imagen corporal (vs 35.3% regional), y otro 28.3% cree que los suplementos dietéticos pueden sustituir una mala alimentación (vs 24.5% en Latam).
En este contexto, la adopción de fármacos que utilizan la semaglutida en América Latina podría en última instancia depender de dos factores: cuán frecuentemente (y con cuánto entusiasmo) los consumidores de cada país buscan nuevos medicamentos.
Es aquí donde las dos economías más grandes de la región llevan una clara ventaja: tanto en México como en Brasil es estadísticamente más probable, comparado con el total para América Latina, que la gente investigue nuevos tratamientos antes de preguntarle a su médico sobre cómo usarlos.
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