La médula ósea es el tejido esponjoso que se localiza en el interior de los huesos planos y que se encarga de producir y contener los progenitores hematopoyéticos, las células madre de todas las células de la sangre. El crecimiento incontrolado o el mal funcionamiento de alguna de ellas origina diversas enfermedades como insuficiencias medulares, inmunodeficiencias y leucemias.
El 70% de pacientes no disponen de un familiar compatible
El trasplante de médula ósea permite la curación de estas enfermedades al sustituir las células defectuosas por otras normales, procedentes de un donante sano. El trasplante solo se puede levar a cabo si existe un donante sano que posea un elevado grado de compatibilidad con el paciente, normalmente de un familiar.
Pero, aproximadamente, el 70 por ciento de los pacientes que requieren de un trasplante de médula ósea no disponen de un familiar compatible y solo se pueden curar si se localiza un donante no familiar en los registros internacionales que contienen millones de potenciales donantes voluntarios altruistas.
Para donar médula ósea se debe tener entre 18 y 55 años
Puede llevar a cabo la donación de médula ósea toda persona sana que lo desee, con una edad comprendida entre los 18 y 55 años. El que llegue a donar o no lo va a decidir si es compatible con alguno de los muchos pacientes que, en todo el mundo, están ahora y estarán en el futuro en el proceso de búsqueda de donante de progenitores hematopoyéticos no emparentado.
Existen dos procedimientos para donar progenitores hematopoyéticos, que son los siguientes:
- Por punción a través de las crestas ilíacas posteriores.
- Mediante una máquina que extrae la sangre de los progenitores.
Ambos procedimientos son seguros y se adoptan las medidas de anestesia o analgesia adecuadas. Las molestias que ocasionan se ven compensadas, totalmente, por la satisfacción de que se le está dando una segunda oportunidad al paciente.