El ser humano es complejo. Más que un conjunto de células, las personas son un manojo de experiencias y características físicas. Incluso hoy en día, puede ser sorprendente la influencia tan profunda que tiene una sobre la otra. Por eso, la medicina y la literatura, aunque suenen a conceptos tan diferentes, empatan tan bien. Son al final, dos expresiones de un mismo elemento.
Granta 120 es el volumen de la Revista de Nueva Literatura dedicado a la medicina. En sus páginas, los lectores podrán encontrar más de 15 obras escritas. Estos poemas, cuentos, narraciones y textos tienen un elemento en común. La disciplina cuyo objetivo, más que ninguna otra, es preservar la existencia humana. Pero es ahí donde las similitudes terminan.
De las pastillas producidas por los conglomerados farmacéuticos, hasta la masa caliente que era el remedio de la abuela para sus rodillas lastimadas, corazones rotos y todo a su alrededor. [En este libro] se compilan historias sobre cómo enfrentamos nuestros padecimientos. Cómo buscamos curar [nuestras enfermedades y condiciones físicas].
Una compilación de medicina literaria
James Lasdun, Terrance Holt, Chris Adrian, Angela Carter, Alice Munro, Suzanne Rivecca. Estos son solo algunos de los nombres que conviven en las páginas de Granta 120. Todas sus historias han sido compiladas por el talentoso John Freeman. Este autor no solo es un reconocido escritor con su propio mérito. Es también un editor con múltiples libros en su haber, donde colecciona decenas de voces. Todas distintas. Pero puede, como un hábil cirujano, hacerlas empatar.
Las historias que aquí se narran capturan varios aspectos de la medicina. Entre ellas, se incluyen cuentos de una niñez alterada por una extraña enfermedad. También, la historia de un par de hermanos que deben lidiar con sus padres, en el borde de la demencia. Asimismo, la vida de un conferencista de salud para quien, a la mitad de su presentación, la vida empieza a hacerse pedazos.
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