Un hospital de Estados Unidos fue, hace unos años devuelto al siglo XX al tener que adoptar la escritura a mano y el fax, tras el ciberataque a su base de datos. Esta historia del hospital hackeado es un ejemplo de los problemas y riesgos que conlleva el uso de Internet en Medicina.
Algunos medios de comunicación como The Guardian o Reuters informaron del problema que se encontraron en el Hollywood Presbyterian Medical Center, un hospital de Los Ángeles, tras sufrir un ciberataque que colapsó todo su sistema informático.
Uno de los principales riesgos de Internet en Medicina es el ransonware
El ataque tiene un patrón que, tristemente es frecuente, que recibe el nombre de ransomware. Se trata de un virus que se hace con el control de los ficheros de un usuario, los encripta y los convierte en innacesibles para su dueño, al que se le hace chantaje para que pague un rescate para recuperar el acceso a los datos. Los administradores del hospital, en este caso, se encontraron con la exigencia de tener que pagar 9.000 Bitcoins para poder tener de nuevo acceso a su propia base de datos.
Así, el hospital se encontró con que tenía que mantener su actividad pero sin ordenadores, ya que la gerencia del hospital prohibió que se encendieran los ordenadores como medida para reducir la propagación del virus y departamentos enteros como el de Oncología tuvieron que cerrar porque no podían usar sus equipos.
El sector sanitario es muy vulnerable a los ciberataques
Se puede afirmar, por tanto, que el caso del Prsbyterian es un ejemplo perfecto de los problemas que pueden venir con el lado oscuro de Internet en Medicina. La vulnerabilidad ante ataques maliciosos y la necesidad de proteger los datos de los pacientes. En temas relacionados con la tecnología en Medicina vamos, en promedio, ocho años por detrás de la industria general.
Con la seguridad en Internet hay el mismo problema. El sector sanitario es especialmente vulnerable a los cibertaques. Por una parte, almacena gran cantidad de datos personales de todo tipo, muchos de ellos especialmente sensibles de los que no se pueden perder por ningún motivo. Por otra parte, no parece que nadie se haya parado a pensar demasiado en que hace falta guardarlos con mucho cuidado, ya que no hay nada parecido a una regulación o a unos mínimos requisitos de seguridad. Además, las inversiones no suelen hacerse aquí sino que se van, con más facilidad, a los gastos generales del hospital como la compra de nuevos equipos.