Según afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua es el líquido esencial para el cuerpo humano, en cualquier etapa de la vida. Esto es debido a que una correcta hidratación ayuda a regular la temperatura corporal, manteniendo así la piel hidratada y elástica. Además, lubrica las articulaciones y órganos y ayuda a mantener una buena digestión.
Desde la Secretaría de Salud de México informan que una de las consecuencias adversas por una inadecuada ingesta de agua es la deshidratación. Sus síntomas dependen del grado de deficiencia del agua peor, de forma general, presentan debilidad y fatiga, dolor de cabeza, mareos, boca seca y falta de apetito.
El cuerpo pierde agua a través de sudoración, respiración, orina y heces
En las personas moderadamente activas o sedentarias y bajo condiciones normales de temperatura, el cuerpo pierde agua a través de las heces, orina, respiración y sudoración. Cuando se aumenta la actividad física y en condiciones de diferentes temperatura, el sudor, contribuye a la pérdida de agua corporal.
Es por ello por lo que recomendable es consumir de 2 a 3 litros de agua al día. Aunque es cierto que las necesidades pueden variar según la edad, sexo, dieta y tipo de actividad física.
Para realizar una hidratación correcta es recomendable beber 2 litros de agua diarios
El agua necesaria para cubrir los requerimientos diarios proviene de los alimentos y bebidas que se ingieren, además de la que se produce por el metabolismo. Por todo lo anterior, es importante que todos los días se considere tomar un mínimo de 2 litros de agua como parte de nuestros hábitos.
La importancia del agua y sus funciones en el planeta es crucial para la vida de todos los seres vivos que en él habitan. Este recurso natural permite el correcto funcionamiento de los procesos biológicos de los ecosistemas y, a su vez, garantiza la supervivencia de todas las especies animales y vegetales que habitan en nuestro planeta.
Como ya hemos indicado el agua es esencial para el desarrollo de procesos orgánicos como la digestión, así como absorción y eliminación de desechos. También estructura el sistema circulatorio y distribuye nutrientes hacia todo el cuerpo a través de la sangre.