Sin duda alguna, en la práctica médica, la relación médico-paciente está en el centro y una buena gestión de dicha relación es un objetivo hacia el que todo profesional aspira de forma abierta. Para conseguir dicha excelente relación, la inteligencia emocional es fundamental. Pero, ¿cómo la utilizan los médicos del siglo XXI? A continuación te lo explicamos.
Hoy en día, las universidades e instituciones médicas están focalizando su atención en la mejora de las habilidades emocionales (inteligencia emocional) y sociales del personal médico. Aunque esta no es una preocupación nueva sino que el interés por la comunicación nace en 1970 en Estados Unidos y ya a finales de los años 90 surgen diferentes publicaciones que describen la relevancia de la relación médico-paciente como un indicador esencial de la calidad del sistema sanitario.
La inteligencia emocial se basa, fundamentalmente, en escuchar para aprender a decir lo que queremos transmitir al paciente. Esto se traduce en hacer esfuerzos para desarrollar las competencias médicas de una forma más global y no solo exclusivamente técnica.
La Inteligencia Emocional está vinculada con destrezas interpersonales y de comunicación en la profesión médica
En Estados Unidos, el prestigioso Accreditation Council for Graduate Medical Education (ACGME), ha especificado que la educación médica graduada debe ser agrupada en seis competencias clave como son:
- Cuidado del paciente.
- Conocimiento médico.
- Aprendizaje basado en la práctica.
- Destrezas interpersonales y de comunicación.
- Profesionalismo.
- Práctica basada en el sistema.
Este es un proyecto que se conoce como “Outcome Project” y de estas competencias consideradas esenciales por la ACGME, varias de ellas están vinculadas con la inteligencia emocional. Pero, sobre todo, la etiquetada como destrezas interpersonales y de comunicación.
Es por eso por lo que la inteligencia emocional (IE) ha sido propuesta como un concepto clave para organizar las destrezas vinculadas con las destrezas interpersonales y de comunicación en el ámbito de la profesión médica.
La IE influye en muchos ámbitos de la vida profesional y cotidiana
Lo que está claro es que la IE ha mostrado su influencia positiva en diferentes ámbitos de la vida cotidiana y profesional. Por ejemplo, las personas emocionalmente inteligentes tienen mejor salud física y mental, mayores niveles de bienestar y satisfacción vital, menos conductas de riesgo como consumo de drogas, así como mejores relaciones interpersonales y sociales, tanto en el contexto profesional como personal.
En la medicina, la inteligencia emocional, tiene utilidad, fundamentalmente, en cuatro ámbitos como son los siguientes:
- En la relación médico-paciente y en aspectos relacionados con la calidad del cuidado y la satisfacción del paciente.
- Rendimiento, nivel de implicación y satisfacción profesional de los médicos.
- Procesos de selección en centros educativos y profesionales médicos.
- Entrenamiento y desarrollo de las habilidades de comunicación clínica.
- Material dirigido solo a profesionales de la Salud
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