Para los niños, las comidas son momentos de de sociabilización muy importantes, ya que les ayudan a aprender a comer al tiempo que crean vínculos con amigos y familiares. Para el niño, comer en un ambiente positivo, hace que desarrolle hábitos saludables hacia la comida y hacia ellos mismos.
Es por eso por lo que los padres y jugadores juegan un papel fundamental en convertir la hora de la comida en un momento de disfrute y relax. Pero, ¿qué ocurre cuando un niño come mal? A continuación te ofrecemos la información necesaria sobre este tema para que así el niño coma bien.
¿Qué cantidad debe comer el niño?
Si tu hijo está sano y presenta un ritmo de crecimiento adecuado, no deberías preocuparte. El apetito del niño, en su gran mayoría, es el correcto para su rango de edad y tasa de crecimiento. En torno a los dos años, muchos niños comienzan a comer menos y es que el crecimiento empieza a ralentizarse.
En caso de ser padre o cuidador, tu trabajo consiste en proporcionar a tu pequeño opciones saludables a la hora de desayunar, almorzar, comer, merendar o cenar. Dependerá de tu hijo decidir qué, cuánto y si se lo comerá. Escuchar sus cuerpo ayudará a los niños a desarrollar hábitos alimentarios saludables de por vida.
Lo que está claro es que cada niño necesita una dieta equilibrada y variada con alimentos de los tres grupos principales: frutas y verduras, cereales y proteínas. ES poco probable que tu hijo coma un alimento de cada grupo en cada comida, por lo que es recomendable que trates de incluir estos alimentos a lo largo de todas las comidas del día.
Algunos consejos para ayudar a los hijos que comen mal
Si tienes un hijo que come mal, a continuación te vamos a dar una serie de consejos clave para que el niño coma mejor. ¡Toma nota de todos ellos!
- Avisa a tu hijo de que vais a comer o cenar unos 10 o 15 minutos antes de empezar.
- Esto le ayudará a “cambiar el chip” y que se mentalice de que ha llegado la hora de comer.
- A los niños les gusta decidir lo que van a comer. Así que habla con él sobre diferentes opciones saludables y planea una comida equilibrada. Procura que te acompañe a hacer la compra.
- Haz que tu hijo participe en la preparación de las comidas. Por ejemplo, puede lavar la verdura, remover o servir la comida.
- Comed juntos en la misma mesa e intentad que la hora de comer/cenar se convierta en un momento divertido para sociabilizar.
- Dale la oportunidad de tomar decisiones saludables cuando sea posible.
- Ofrece alimentos y comidas variadas y saludables.
- En cada comida, dale al menos un alimento que sepas con certeza que le guste al niño.
- Dale ejemplo a tu pequeño comiendo alimentos saludables.
- Anima a tu hijo a que pruebe al menos unos bocaditos pequeños de diferentes alimentos en cada comida.
- Dale pequeñas porciones de cada alimento.
- Ofrece postres saludables.
- Intenta que pruebe alimentos nuevos durante el desayuno.
- No utilices la comida como recompensa.
- Amenazar, regañar, sobornar o castigar puede provocar en el niño más rechazo hacia las comidas.