El grado de alfabetización a nivel mundial ha mejorado considerablemente en las últimas décadas, gracias a esfuerzos globales para promover la educación. Según la UNESCO, la tasa de alfabetización mundial para adultos (personas mayores de 15 años) es de aproximadamente el 87%. Sin embargo, existen diferencias significativas entre regiones, con algunos países enfrentando desafíos importantes.
En los países desarrollados, las tasas de alfabetización superan el 95%
En los países desarrollados, como en Europa y América del Norte, las tasas de alfabetización superan el 95%. Estas regiones han alcanzado altos niveles de acceso a la educación básica desde hace varias décadas, lo que ha resultado en generaciones con acceso a la lectura y escritura desde la infancia.
Por otro lado, en regiones como África subsahariana y algunas áreas de Asia meridional, las tasas de alfabetización son mucho más bajas. En África subsahariana, por ejemplo, la tasa de alfabetización ronda el 65%, y en algunos países más pobres puede ser incluso menor. La falta de infraestructura educativa, la pobreza y las barreras culturales han frenado el progreso en estas áreas.
El analfabetismo afecta de manera desproporcionada a las mujeres, especialmente en países en vías de desarrollo. Según la UNESCO, de los 773 millones de adultos analfabetos en el mundo, casi dos tercios son mujeres. Las razones detrás de esto incluyen la discriminación de género, matrimonios tempranos y la necesidad de que las niñas abandonen la escuela para ayudar en las tareas domésticas.
Los retos continúan a pesar de los avances
Aunque los avances son evidentes, los retos continúan. Programas como la Iniciativa Mundial por la Educación y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (que incluyen la educación de calidad para todos) buscan cerrar estas brechas. La digitalización y el acceso a tecnologías educativas han ayudado a mejorar las tasas de alfabetización en algunas áreas remotas, pero la desigualdad aún persiste.
Si bien el mundo ha progresado en términos de alfabetización, queda mucho por hacer para asegurar que todos, sin importar su género o lugar de nacimiento, tengan acceso a una educación de calidad.