Se puede definir, básicamente, al médico residente como aquel que ha terminado la carrera de Medicina y está realizando, en este caso, la formación para ser especialista. Este es un sistema de formación que lleva en activo desde 1976 y al que solo se pueden presentar quienes han finalizado sus estudios en Medicina.
Para poder ser médico residente se debe aprobar un examen convocado de forma anual y siempre se realiza en la misma fecha y hora en todo el territorio nacional.
Este examen no dispone de un temario oficial, concreto y definido, sino que los manuales de estudio son elaborados a partir de los exámenes realizados en convocatorias anteriores, los cuales son públicos y permiten determinar el número de preguntas asignadas a cada materia, así como los temas destacados. Dicho examen, por tanto, puede incluir cualquier aspecto que tenga que ver con la Medicina. Solo así podrán acceder a una de las especialidades médicas, y y cuyo período de formación puede durar entre cuatro y cinco años.
El médico residente estudia y trabaja a la vez
Durante el período de formación como médico residente, se estudia y, a la vez, se trabaja tanto en hospitales como en centros de salud. También se realizan guardias tutorizadas y se atiende a un gran número de pacientes. En ocasiones, se puede ver al médico interno residente acompañado al médico habitual en la consulta, o cuando se acude a la guardia del hospital por un problema agudo de salud.
Así que trabajo y formación van a la par en el médico residente. Todo ello requiere que los tutores les den una cierta autonomía progresivamente, según su año de formación y sus capacidades. Así que es habitual es ser atendido por ellos, principalmente en la consulta. Los ciudadanos no deben temer por ello, ya que su tutor supervisa concienzudamente su trabajo.
Debe respetar el deber de confidencialidad
Debes saber que se puede dar la circunstancia de que coincidan en la consulta, un médico residente con otros en distinto año de formación y a veces se juntan varios facultativos dentro de la consulta, por lo que es importante que la ciudadanía entienda que es algo natural y se le pide que tenga paciencia.
Los pacientes deben saber que tienen derecho a conocer quién es el médico residente y si va a intervenir en su proceso asistencial. Podrán hablar con él con total libertad en la consulta y, además, si se sienten incómodos, pueden solicitar el ser atendidos solo por su médico o enfermera habitual. Lo que también debes saber es que el médico residente está sometido, como cualquier otro profesional sanitario, al deber de confidencialidad y secreto. Esta obligación no se limita al tiempo de trabajo en el centro sanitario, sino que se extiende una vez concluido en el mismo.