La polio, o poliomielitis, es una enfermedad infecciosa causada por el virus de la poliomielitis, que afecta principalmente el sistema nervioso y puede llevar a parálisis irreversible. Esta enfermedad viral se transmite a través de la vía fecal-oral, es decir, mediante el contacto con agua o alimentos contaminados con heces de una persona infectada. También puede propagarse por contacto directo con las gotículas de saliva de una persona infectada.
Síntomas de la polio
En la mayoría de los casos, esta enfermedad no presenta síntomas, por lo que muchas personas pueden tener el virus y propagarlo sin saberlo. Cuando los síntomas aparecen, suelen ser similares a los de una gripe: fiebre, fatiga, dolor de cabeza, vómitos, rigidez en el cuello y dolor en las extremidades. Sin embargo, en menos del 1% de los casos, el virus invade el sistema nervioso y provoca parálisis, que afecta principalmente las piernas. Esta parálisis puede ser temporal, aunque en algunos casos causa daños permanentes y puede llevar a discapacidades físicas de por vida.
Efectos a largo plazo y riesgos de la polio
Las personas que sobreviven a la fase aguda de la enfermedad pueden experimentar complicaciones a largo plazo. Algunos desarrollan el síndrome pospolio, que puede aparecer años después de la recuperación inicial. Este síndrome incluye síntomas como debilidad muscular progresiva, fatiga, y dolor en las articulaciones, lo cual afecta la calidad de vida.
Prevención y vacunación
La polio no tiene cura, pero es prevenible mediante la vacunación. Existen dos tipos principales de vacunas contra la polio: la vacuna inactivada contra la polio (IPV) y la vacuna oral contra la polio (OPV). La vacuna IPV se administra mediante una inyección y es utilizada en varios países, mientras que la OPV es una vacuna en gotas que se administra por vía oral y es común en campañas de vacunación masiva.
La vacunación contra la enfermedad ha sido fundamental para reducir drásticamente los casos a nivel mundial. Gracias a los esfuerzos de inmunización, la polio ha sido erradicada en la mayor parte del mundo, aunque algunos países aún reportan casos debido a problemas de acceso a la vacunación.
La importancia de erradicar la polio
Eliminar la polio por completo es una meta global, ya que mientras el virus esté presente en algún lugar, existe el riesgo de que resurja en áreas donde la vacunación es insuficiente. La vacunación y la prevención siguen siendo esenciales para proteger a las nuevas generaciones de esta devastadora enfermedad.